Platero Y Yo
(Juan Ramón Jiménez)
Insigne autor español de la escuela modernista, alcanzó el Nóbel en el año 1956. Es su obra más reconocida por su lenguaje poético y tema tierno de lectura placentera.En su poco menos de un centenar y medio de viñetas, suceden todas las estaciones con fin en el fin del invierno. Trata la vida y muerte de un asno de nombre Platero. Gran compañero y amigo de un niño, que por el amor profesado le ve humano hasta en el reír y en el creer que aprendería el alfabeto y los palotes si va a la miga. No puede, explica, porque no hay pupitres para él. Son rememoraciones traídas a través de él desde la infancia, por lo que el borrico es descrito a distancia de años desde la primera página: ¡Todo de algodón y amor! Sin huesos. Duros los ojos de cristal negro que más adelante dice son: ?dos bellas rosas?.Entrecruza aventurillas de mariposillas, eclipses, miedos, juegos sencillos en los que participa Platero.Sentimientos que hacen de él un burro menos verdadero, y cuando lo monta vestido de luto, con barba nazarena le da un aspecto extraño que hace a los gitanillos pobres gritarle: loco. Hay guerras de brevas en las que vence a dos niñas en honor a Platero. Un pueblo de gente buena que reza por los muertos de los ricos. Promesas de enterrarlo junto al pino que le gusta, evocaciones recorriendo callejas donde Platero se pincha una mano con una púa, y pide la opinión de Platero sobre la vida en el frío de las golondrinas. Platero otra vez rebuzna. Habla miel y lo hace para saludar. La casa donde nació y la de enfrente, la del niño tonto y la de las que surge una niña disfrazada de fantasma que en medio de una tormenta muere por un rayo, se lo cuenta conmovido a Platero y él lo comprende. Paisajes de cielo rojo en los que acompañado de Platero descubriría palacios abandonados. Visita a amigo médico con Platero y un loro que se burla de alguien a quien el médico cura. El encanto de las azoteas inaccesibles a Platero. Platero cargado de retorno y al igual que su amo con lirios. Una reja cuadrada cerrando el campo a un bello jardín más que con flores con algo para soñar fantasías. El cura sin mirada, la primavera del sol alegre. El aljibe. Un perro sarnoso muerto por un mal hombre ante Platero quien no agacha la cabeza. Cuatro hombres castran un bello potro. La belleza de un remanso en el que el burrito pace mientras su amo se pierde en la contemplación su magia. Las lluvias de abril con Platero quien rebuzna tiernamente cargado de flores mojadas. Un canario verde llegó solo a la jaula y Platero se contagia de alegría con los niños. Otro burro que no parece burro sino demonio acoquina a Platero. Platero obligado por las piernas de su amigo a subir al pinar. Húngaros greñudos viviendo de un mono. Platero no siente su peso al ir por las cañadas y una novia del campo triste lo ve pasar. A Platero le sangra la boca por una sanguijuela pegada a la lengua y el modo como se la quita con dos palitos a modo de tijera. Pasan tres gitanas viejas. Encuentran una carretilla atascada de una niña y Platero ayuda haciéndola sonreír. El pan delicioso de Moguer y su pino. Un niño en el agua tiene su alma. Su amor por Platero es igual a la de por otro niño. La niña del carbonero arrulla con su voz melodiosa a Platero y lo adormita. La acacia que sembró no le dice nada o no tanto como Platero. Platero arrodillado al paso de una procesión de la virgen del rocío. Sus lecturas bajo el pino. Una tísica pasea en el lomo de Platero. Una flor dura un día y el amor por Platero una vida. El viejo pozo. Platero no anda al encontrarse otro burro. Un potro lo hiere. Otro rebuzno en medio de la música de una procesión de santos, más paseos, anocheceres, el primer sello, la perrita parida con sus crías. Ella, gorriones, Vélez el guardia. El verano. Fuego en los montes. El arroyo seco. Un domingo deja de leer y Platero de comer para mirarle. Grillos, toros, el miedo a las tormentas, la vendimia. Los ojos cansados de Platero. Platero que huye de los fuegos artificiales. El vergel de la capital. Platero tomando agua de estrellas. Como juega con una perra, patos, la niña que llama a Platero y le alegra. Platero se sienta a pensar con él. Un pastor, la muerte del canario, la colina donde ven todo, un perro atado, octubre, la linda Antonia, un almirante, árboles secos, el río de asco, granada la fruta de Moguer, el cementerio donde está el padre, la plaza de toros, ecos que hacen rebuznar las rocas, sustos, una fuente vieja, caminos, un toro huye, la cencerrada, más gitanos, llora enfermo y Platero rebuzna. Platero en el frío, la navidad, el invierno, el recuerdo de la Ribera, las niñas coronan con perejil a Platero, el vino, los reyes magos, el carnaval, la muerte de Platero hinchado como el mundo, la nostalgia y su tumba. Un platero inmortalizado en cartón. Viene a estar en su muerte, bien sabe que está solo en el pasado. ¿Y que más da el pasado?Registrado por hernastri.
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