Dos Vidas Por Vivir
(Roberto Diaz Blanco)
Se debe tener el ojo fijo en los sucesos a la par risibles y formidables. La naturaleza mezcla en sus creaciones, sin confundir, sin embargo, la sombra y la luz,lo grotesco y lo sublime: en otros términos el cuerpo y el alma, la bestia y el espíritu. El demonio del análisis y de la controversia crea la tristeza, la melancolía. Al examinarse a sí mismo y examinar lo que lo rodea, el hombre descubre que no todo en la creación es humanamente bello; que al lado de lo bello existe lo feo,lo deforme junto a lo gracioso. La sombra convive con la luz y el mal con el bien.Porque lo grotesco suele ser el reverso de lo sublime. El hombre tiene dos vidas a vivir: una pasajera, la otra inmortal. Una de la tierra, la otra del cielo. Él es doble como su destino, hay en él un animal y una inteligencia, un cuerpo y un alma: el hombre es el anillo común a las dos cadenas de seres que abraza la creación: la de seres materiales
y la de seres incorpóreos; la primera, que parte de la piedra para llegar al hombre, la segunda que parte del hombre para terminar en Dios.
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