Resumo de Soldados De Salamina (soldiers Of Salamina)

Curioso libro que va ganando a medida que profundizamos en su lectura hasta el arrobo final, donde cambia hasta el estilo, la puntuación, etc.
Cercas, que confiesa pasar una crisis personal producida por sus dubitaciones profesionales (considera que sus dos primeras y hasta ahora únicas novelas fueron fallidas: El Inquilino y El Vientre De La Ballena), lo que le lleva a una depresión y, de retruque, a que le abandone su primera mujer. Entretanto había fallecido su padre. Vuelto al periodismo por la puerta falsa ?confiesa que fue mal recibido, que le pusieron prácticamente a traer cafés a la redacción? será el instante mágico de una entrevista (por lo demás, entrevista imposible: él preguntaba lo que quería y el escritor le contestaba lo que le daba la gana) con Rafael Sánchez Ferlosio lo que despierte en él el gusanillo de escribir algo que si bien se encarga de aclarar numerosas veces que no es una novela sino una historia real, le pondrá de nuevo en el camino de la literatura.
La anécdota desencadenante se la cuenta Rafael y atañe a su padre, Rafael Sánchez Mazas, quien, al final de la guerra, tras múltiples avatares, es fusilado en Collell, un pueblecito del pirineo catalán. Milagrosamente escapado del pelotón, Sánchez Mazas se oculta en un bosquecillo donde, finalmente, le encuentra un miliciano que le encañona. Mirándose de hito en hito quedan perseguido y perseguidor durante unos instantes interminables. El comandante del piquete le pregunta si hay alguien allí. Finalmente el miliciano, con una última mirada, responde que no y da la vuelta. Sánchez Mazas emprende una huida que termina en una masía donde los payeses le alimentan y protegen. Finalmente descubierto por tres republicanos desertores firma con ellos un pacto de apoyo mutuo y ellos, a los que llamará después los compañeros del bosque le protegerán hasta la llegada de las tropas franquistas. Al despedirse, en la masía, promete escribir algún día un libro que explique las angustias de esos días y que se titulará Soldados De Salamina. Nunca lo hará, lo mismo que nunca volverá a ver a los compañeros del bosque, pese a que responderá durante años a las peticiones que le hagan de interceder por amigos y compañeros represaliados al final de la contienda.
El libro está estructurado en tres capítulos. Los amigos del bosque, Soldados de Salamina y Cita en Stockton. En el primero Cercas habla de la génesis del libro, desde que tiene la entrevista con Sánchez Ferlosio hasta que va reconstruyendo la historia gracias a colaboradores como Miquel Aguirre o Jaume Figueras (también Trapiello le ayuda en esta fase, para conocer mejor quién fue Sánchez Mazas). Este capítulo tiene algunas partes desagradables. Por ejemplo es muy poco caritativo con Miquel Aguirre, un historiador local, de quien se mofa de su aspecto o de que se atiborrara de comer en las entrevistas que mantuvieron, cuando es fácil deducir que sin su ayuda no hubiera podido escribir el libro. Tampoco trata muy bien a Figueras, descendiente de uno de los amigos del bosque, que le confía documentos de primera mano y ni siquiera con Conchi, su entonces compañera sentimental, a la que pone de boba intrascendente y obsesa sexual (hay que imaginar que para la hora de la publicación de este libro ya habrían abandonado su relación, porque si no es motivo sobrado para hacerlo).
La segunda parte gana en interés y es la más literaria ya que Cercas tiene que reconstruir las andanzas de Sánchez Mazas y rellenar con su imaginación las lagunas. Este es el núcleo del libro y por ello se llama precisamente Soldados de Salamina, que es el título que sugirió en su día Sánchez Mazas. Le sigue desde su juventud, como uno de los primeros fascistas españoles que descubre a Mussolini en la propia Roma, su irregular carrera literaria, su peripecia durante la guerra, emboscado en Madrid y capturado finalmente al intentar llegar a Francia por Cataluña. Señala que en ese momento ya no era joven ?tenía 45 años? y que distaba de ser unhombre de acción. Continúa con su comportamiento bajo el franquismo, hacia el que sintió un cierto despego aristocrático y durante el cual su carrera política (fue ministro) resultó más bien efímera. Nombrado a dedo académico de la Lengua nunca querrá leer su discurso, asumiendo quizá así su condición espuria. Cercas pese a fascinarse por la figura de este poeta falangista nunca llega a identificarse con él, le considera un buen poeta y un buen narrador (sobre todo por su Rosa Krüger), aunque no genial, y en cuanto a su comportamiento político tampoco le salva. Dice varias veces que Mazas, junto a otros, es culpable de provocar la Guerra Civil que según él se produce contra un régimen legítimo. Cercas, que cita varias veces la frase de Oswald Spengler de que a la civilización occidental la salvan siempre, en última instancia, un pelotón de soldados (en la última parte del libro retorciéndola hasta el punto de adjudicarla al comportamiento del miliciano Miralles, alistado a la Legión Extranjera, a las órdenes del general Leclerc, con quien llegaría a entrar en París.

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