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La Guerra Del Golfo ( Segunda Parte ) La Actitud Occidental-
(Donanfer)

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La Guerra del Golfo ( Segunda Parte ) La actitud occidental-




La reacción de los países occidentales en el plano internacional ante la invasión iraquí de Kuwait fue inmediata y contundente. La iniciativa de esta actitud correspondió principalmente a dos centros de poder político con proyección mundial: Naciones Unidas y Estados Unidos, con los que actuó unida la C.E.E., y a los que siguieron algunos países árabes e islámicos. Los argumentos esgrimidos por los países occidentales para justificar su toma de posición fueron de dos tipos: 1º) De carácter político, consistente en la vigencia del derecho internacional y en la defensa de la soberanía e independencia de Kuwait, país reconocido internacionalmente, que había sido injustamente agredido e invadido, y después ocupado y anexionado por el invasor. 2º) De carácter económico, para mantener el control del petróleo de la región. Los medios y procedimientos a los que recurrió Occidente en esta acción tenían un triple carácter: - El bloqueo y embargo total para obligar a la rendición y retirada del invasor. - La diplomacia para llegar a una negociación. - La preparación de la guerra, como último recurso. La primera reacción occidental se produjo el día 4 de agosto cuando la C.E.E. decretó el embargo contra Irak. El día 6 el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas acordó imponer un bloqueo por tierra y por mar sobre Irak. El día 7 Estados Unidos, que ya había condenado la acción iraquí, inició un gran despliegue militar, incrementado a lo largo de los meses siguientes con el desplazamiento de nuevas tropas, enviando numerosas fuerzas militares a Arabia Saudí y al Golfo, para hacer cumplir la decisión de Naciones Unidas, a las que en los días sucesivos se fueron uniendo Ejércitos y efectivos diversos de Canadá y Australia y de los países europeos occidentales, al ser acordado también el bloqueo por la U.E.O.: Gran Bretaña, Francia, Italia, España, Holanda, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Noruega y Grecia; así como de algunos países árabe-islámicos: la propia Arabia Saudí y los Emiratos Arabes Unidos, además de Egipto, Siria, Marruecos, Pakistán y Bangladesh. Aproximadamente unos 605.000 soldados en total. El día 10 una cumbre árabe reunida en El Cairo decidió apoyar a Arabia Saudí ante la amenaza iraquí. El mismo día la O.T.A.N. acordó respaldar el despliegue militar norteamericano. El día 18 Estados Unidos consiguió imponer un cerco total a Irak. El día 25 Naciones Unidas autorizó la utilización de la fuerza para mantener el embargo, al tiempo que el Secretario General intentaba establecer negociaciones con el gobierno de Bagdad, que no dieron resultado. El 9 de septiembre se reunieron en Helsinki los presidentes Bush y Gorbachov para tratar sobre la crisis del Golfo y elaboraron un comunicado conjunto apoyando las decisiones de Naciones Unidas sobre Irak. El 25 de septiembre, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas completó el cerco sobre Irak acordando imponer el bloqueo aéreo sobre este país. Y el 3 de enero de 1991 la O.T.A.N. envió aviones militares a Turquía. Los países árabes, en este contexto, también actuaron: el 18 de octubre se celebró en Túnez una reunión de la Liga Árabe que acordó por unanimidad pedir a Estados Unidos que modificara su política con Israel y defendiera a Palestina. La actitud occidental se endureció en los últimos días de 1990, y así el 29 de noviembre el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas lanzó un ultimátum sobre Irak al acordar la autorización de entrar en Guerra contra este país si no se retiraba de Kuwait con anterioridad al 15 de enero de 1991, ultimátum que fue rechazado por Irak al día siguiente, anunciando que no cedería ante la presión internacional. A pesar del planteamiento de esta política agresiva, de manera inesperada, el 1 de diciembre el presidente Bush propuso públicamente la celebración de negociaciones directas con S. Hussein para buscar una solución pacífica al conflicto, con intercambio devisitas de los ministros de Asuntos Exteriores de los dos países. Baker y Aziz se reunieron en Ginebra el 9 de enero de 1991, aunque sin llegar a un acuerdo. Por su parte, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el 21 de diciembre la celebración de una Conferencia de paz sobre Oriente Medio, aunque sin precisar fecha ni lugar, resolución que fue ignorada por Israel, cuyo primer ministro I. Shamir visitó Washington unos días antes para defender sus posiciones contra el tratamiento conjunto de los problemas de la región, y continuar así por su lado con la política represiva contra la "Intifada" y los palestinos, política que hizo mantener una nota discordante en los intentos de pacificación global de Oriente Medio. En la primera quincena de enero, nuevos intentos de negociación y de arreglo pacífico del conflicto fracasaron por causas diversas: como la reunión celebrada en Bagdad el día 13 entre Pérez de Cúellar y S. Hussein. De esta forma se fue completando, mientras se buscaba y esperaba una salida al conflicto, la acción internacional sobre Irak: por un lado, se estableció un bloqueo y embargo totales, aunque algunos países de la región mantuvieron una actitud ambigua y más bien pro-iraquí como Jordania, Yemen e Irán, además de Libia, Mauritania y Sudán. Yasir Arafat también apoyó a S. Hussein. La O.L.P. trató de desacreditar a los invadidos y los palestinos establecidos en Jordania se pusieron prácticamente en pie de guerra, apoyando el atropello del dictador iraquí. Esta posición palestina se basaba en la esperanza de que Irak, en un futuro próximo, podría vencer militarmente a Israel, dado que el gobierno judío no ofrecía signo alguno de resolver el problema de forma negociada. Por tanto, la ocupación de Kuwait reforzaba aquella expectativa, pues entregaría a S. Hussein el control mundial del mercado petrolífero y unos recursos financieros enormes que permitirían sostener la carrera armamentística de Bagdad. Añádase a eso que muchos millares de palestinos trabajaban en Irak y las muy escasas simpatías que despertaba el régimen kuwatí, cicatero siempre con los inmigrantes palestinos. La figura política de Arafat y la validez política de la O.L.P. perdieron crédito ante quienes habían condenado la invasión de Kuwait. Se intentaron entablar negociaciones diplomáticas en varias ocasiones, como las auspiciadas por Naciones Unidas y las propuestas por Estados Unidos; y al mismo tiempo se afirmó la presencia y presión militares con las tropas y fuerzas de los países antes citados; principalmente de Estados Unidos; instaladas en Arabia Saudí y en el Golfo Pérsico, y que al tiempo que prevenían sobre un posible ataque iraquí contra la propia Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, eran una amenaza presente de una posible ofensiva y guerra contra Irak.

Donanfer



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