Resumo de Las Maldiciones De Los Faraones

Las maldiciones de los faraones De los aspectos sugestivos del Egipto antiguo, es el tema referente a la maldición que se abatiría sobre aquellos audaces que se atrevan a profanar las tumbas y el sueño eterno de los faraones, el que despierta el mayor interés del lector o investigador de lo insólito y misterioso. Para enfocar y describir adecuadamente este tema, es necesario dividirle en dos segmentos de contenido diferentes pero de mucho interés para el lector: el primero hace hincapié en el conocimiento, sabiduría y recursos extraordinarios utilizados por los sacerdotes para impedir y preservar del saqueo depredador las tumbas de los monarcas del antiguo Egipto faraónico. La segunda analiza la presencia de poderes ocultos, misteriosos, desconocidos e insólitos ajusticiando a los profanadores de las tumbas imperiales. Refiriéndonos al tema primero, el Dr. Ezzedine Taha, profesor de medicina y biología de la universidad de el Cairo, dijo que muchos de los arqueólogos y empleados de la universidad sufrían trastornos respiratorios ocasionales con fiebre a causa de inflamaciones producidas por un virus que sobrevive en las peores condiciones durante siglos y milenios y aun en los cuerpos de los faraones momificados. Actualmente este mal se cura con el uso de antibióticos. Sin embargo a pocos días de hacer estas declaraciones, el Dr. Taha moría en extrañas circunstancias, en un choque de carros inexplicable, pues el carro del medico invadió el carril contrario sin causa aparente. Otros médicos recordaron un mal que sufren los obreros que trabajan en las minas y en los túneles causado por la perdida de glóbulos rojos, acompañada de fiebre alta, causada por un minúsculo gusano productor de una sustancia toxica que destruye la hemoglobina de la sangre, produciendo una aguda anemia. En octubre de 1956, el geólogo sudafricano John Wiles penetro en una cueva habitada por miles de murciélagos y contrajo la histoplasmosos, provocada por hongos microscópicos de las cuevas. Le aplicaron antibióticos y salvo la vida inobjetablemente. Un minucioso estudio revela que los sacerdotes egipcios realizaban minuciosos acondicionamientos a las vendas con las cuales iban a envolver el cuerpo del faraón, impregnándoles de aceites aromáticos y acido prúsico que despide emanaciones mortalmente toxicas, cuyo poder persiste a lo largo de los milenios. Además, mojaban con veneno las mechas de las lámparas, sellaban el sepulcro, quedando impregnado del gas mortífero. Un eminente egiptólogo, asegura que los sacerdotes humedecían las vendas con un líquido radioactivo procedente de las orillas del mar Rojo. Enumeradas las razones y causas normales de las numerosas muertes ocurridas a numerosos egiptólogos, arqueólogos y científicos relacionados con el descubrimiento de las tumbas de numerosos faraones, narraremos a continuación otros hechos misteriosos, inexplicables y desconcertantes relacionados con los sepulcros faraónicos. Brevemente recordemos que antes de abrir la tumba del celebre faraón Tutankamon, murió devorado por un hermos o pájaro que estaba enjaulado, tragado por una cobra real, hecho que fue interpretado por los trabajadores de las excavaciones como un aviso preventivo de lo que les esperaba a los profanadores si persistían en su intento. Luego se encontró una tabilla de arcilla con esta enigmática y amenazante inscripción: ?la muerte abatirá sus alas sobre aquel que interrumpa el sueño del faraón?. ¡ y aquí empieza la larga lista de muertes inexplicables atribuidas a la maldición de los faraones ¡ Lord Carnarvon, el financista de la excavación para encontrar la tumba de Tutankamon, nunca regreso a su patria y murió exclamando en el hospital británico de el Cairo: ?escucho tu voz Tutankamon? En ese mismo momento, las luces se apagaron en todo el edificio, sin encontrar jamás las causas de ese apagón; también en Inglaterra, su perrita fox lanzo lastimeros aullidos y murió sin causa ni razón aparentes. Un amigo de Lord Carnarvon, fue avisitar la tumba de Tutankamon, sobrevivió un día y murió misteriosamente. Un industrial sudafricano Joel Wolf, entro en la tumba y no regreso vivo a Inglaterra. En 1924 Archibald Douglas, técnico radiólogo que iba a efectuar algunas radiografías a la momia de Tutankamon, murió de repente en la tumba del faraón. Lady Almina, viuda de Carnarvon, falleció misteriosamente 4 años después del fallecimiento de su esposo. Richard Bethell, secretario de Carter, murió misteriosamente de un ataque al corazón. Y la lista sigue sin explicación plausible. Algo que es necesario mencionar es el trágico episodio del trasatlántico ?Titanic? ocurrido el 4 de abril de 1912. ¿Por qué recordar este terrible suceso? Porque a bordo viajaba una autentica momia egipcia que en vida fue una clarividente en la corte del faraón Akhenaton. ¿Fue esta clarividente la culpable de la tragedia del ?Titanic??

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