Resumo de El Diablo De La Botella Y Otros Cuentos

EL DIABLO DE LA BOTELLA es un relato encantador, con la sencillez y capacidad de fascinación de los cuentos orales de toda la vida y además una intriga bien llevada. El protagonista es el hawaiano Keawe, que compra por cincuenta dólares una botella con un diablo que concede todos los deseos. El vendedor le informa de que aquel que muera siendo propietario de la botella irá al infierno. Además, existe la condición de que para deshacerse de ella, debe ser vendida por un precio inferior al que se pagó para obtenerla.
Keawe se dota, gracias al terrorífico pero obediente diablo, de una casa y otros bienes que dejan su vida solucionada y vende la botella. Entonces se enamora de la dulce Kokua y se dispone a casarse con ella. Sin embargo, al bañarse un día descubre que ha contraído la lepra. Para curarse, sale en busca de la botella y encuentra que ésta ha seguido un largo proceso de compra y venta y que su actual poseedor pagó por ella sólo tres centavos, por lo que de comprarla, sólo podría venderla por un centavo a alguien que ya no podría deshacerse de ella, puesto que no hay moneda inferior. Consciente de que le será prácticamente imposible venderla, Keawe compra la botella, se cura y se casa con Kokua, pero la certeza de que acabará en el infierno le impide ser feliz. Un día le confiesa su secreto a la chica y ésta le anima a ir a Tahiti, porque allí hay monedas de céntimo, inferiores a las de centavo, y pueden encontrar comprador.
Así lo hacen, pero la voz de que tienen tratos con un diablo se ha corrido y todo el mundo los evita. Angustiada por la desesperación de su marido, Kokua decide sacrificarse y propone a un viejo que compre a su marido la botella por cuatro céntimos, sin decirle que lo hace de su parte, con el compromiso de que inmediatamente ella se la comprará por tres. Así lo hacen y Keawe queda aliviado y feliz... hasta que descubre que la botella está en poder de su esposa y entiende su sacrificio. El hombre decide entonces imitar su gesto: pide a un marino que le compre a Kokua la botella por dos céntimos con la promesa de comprársela por uno y quedarse con ella para siempre.
Así lo hace el marino. Pero cuando observa que verdaderamente la botella otorga todos los deseos se niega a vendérsela y decide quedarse con ella, proclamando que de todos modos él se sabía condenado al infierno por sus actos ordinarios. Así la pareja queda libre de la terrible maldición, juntos y felices.
En el mismo volumen encontramos LOS LADRONES DE CADÁVERES, situada en Edimburgo, entre ayudantes de médicos que se dedican a desenterrar cadáveres para que los estudien sus patrones y que llegan incluso a asesinar cuando tienen dificultades de provisión. Encontramos también OLALLA, en la faceta más gótica de Stevenson, donde se describe a una familia aristocrática española, empobrecida pero orgullosa, cuya decadencia ha conducido a sus miembros a una enfermedad de características vampíricas.
Tiene también gran interés el relato MARKEHEIM, donde un hombre arruinado por la bolsa asesina a un avaro anticuario y comienza a buscar por todo el local las llaves de la caja fuerte. Se le aparece entonces un diablo que le anuncia que la criada está casi de regreso y va a descubrirle si no se da prisa y se ofrece a decirle el lugar donde se encuentran las llaves si se rinde a él. El protagonista se siente tentado a ello, pero enseguida decide que si su amor por el bien ha estado siempre condenado a la esterilidad, le queda al menos el odio al mal, y rechaza la oferta y se entrega mansamente a la criada pidiéndole que llame a la policía.

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