Sex And The City
(Rodrigo Steinmann)
La escritora de la columna "Sexo en la Ciudad" para el periódico New York Observer documenta el ámbito social moderno de Manhattan. A los lectores se le presentan los "Modelizers", hombres que sólo tienen ojos para las modelos, así como también otro tipo de especie más común: el "soltero tóxico". Sex and the City, novela de una sociedad venida a menos, representa una mirada cómica y sórdida a los estatutos y las ambiciones y los distintos personajes consumidos por la política sexual de los ''90.--Este texto se refiere a una edición no disponible. De Publishers Weekly: "Estamos llevando vidas saturadas de sensaciones", anuncia el fotógrafo del jet-set Peter Beard en una discusión acerca del ménage à trois, marcando el tono de los fuertes puntos que cubren la colección de impactantes y ajustadas observaciones de Bushnell en su columna para el New York Observer. Merodeando por los clubes de moda, las fiestas y los lugares a donde huyen los ricos de Nueva York (que en la novela son identificados por seudónimos) durante los fines de semana, Bushnell ofrece una perspectiva descarada, radical y poco romántica. Visita un club sexual y sale con El Chico de la Bicicleta ("la subespecie literaria y romántica", cuyos dioses son George Plimpton y Murray Kempton). Pero en la mayoría de los capítulos sigue una historia paralela, desarrollando su alter-ego Carrie (que como la autora, es una escritoria rubia de Connecticut con más de 30 años), cuya relación dulce e irresponsable con Mr. Big (un ejecutivo anodino) sirve como contraste en las divertidísimas aventuras de sus semejantes. Entre ellos se encuentra al cazador de modelos Barkley, un pintor de 25 años con la cara de un ángel de Botticelli y cuyos padres pagan su departamento, y Tom Peri, el "Mayflower emocional", que transporta a las mujeres recientemente abandonadas hacia nuevos niveles emocionales, y que inevitablemente siempre termina siendo abandonado. El efecto es algo así como una obra de Armistead Maupin matizada con nociones de Judith Krantz. Coleccionados en un solo volumen, los personajes de Bushnell son casi genéricos, pero estos pequeños ensayos son una delicia para el cerebro que atraerá tanto a los urbanos románticos como a los anti-romance. Copyright 1996 Reed Business Information, Inc.--Este texto se refiere a una edición no disponible.
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