Un Tranvía Llamado Deseo
(Tennessee Williams)
En una de las obras más emblemáticas del teatro moderno norteamericano, Tennessee Williams retrata el arruinado idealismo de una mujer sureña, al tiempo que plantea casi de tapadillo tabúes homofóbicos. La poderosa fuerza dramática de los personajes y del desarrollo de la acción hace casi pasar por alto la excesiva simplicidad de algunos planteamientos de Williams. La profesora treintañera Blanche Dubois, tras haber rematado una historia de varias generaciones de deudores con la pérdida de la haciendafamiliar y haber sufrido en la juventud el trauma del suicidio de su marido, se presenta en la modesta casa de un barrio obrero de Nueva Orleans donde vive su hermana Stella, que se ha adaptado perfectamente a la vida urbana y se ha casado con el polaco Stanley Kowalski, un obrero desconsiderado y grosero, pero que la adora. El temperamento remilgado y los delirios de grandeza de Blanche ("Yo no digo verdades... Digo cosas que debieran ser verdad", afirma en una ocasión (pág. 100), chocan con el pragmatismo a ultranza de su cuñado, que la acorrala desde el primer momento hasta conseguir dar a conocer a todos que hace tiempo que dejó de ser la remilgada que pretende, que fue expulsada de su trabajo por seducir a menores, que en su pueblo es conocida por su promiscuidad sexual y que no tiene un centavo ni amigos millonarios como pretende. El ansia de Kowalski de llamar a las cosas por su nombre arruina también la única agarradera real que Blanche trataba de aferrar: el amor de Mitch, uno de los compañeros de trabajo del polaco, el menos rudo y desconsiderado de todos ellos, que acabará escandalizado con las revelaciones de la vida de Blanche y retirando su proposición de matrimonio. No contento con provocar esa ruptura, Kowalski compra a Blanche un billete de autobús y exige que se marche. Además, aprovechando que Stella está en el hospital para dar a luz, el polaco remata su acoso violando a Blanche. Todo ello acaba con los nervios de la mujer, debilitados desde el suicidio de su esposo (a causa de una relación homosexual del muchacho que ella descubrió). En la última escena, los empleados del psiquiátrico vienen a recogerla y Blanche se entrega mansamente cogida del brazo de un caballeroso doctor a quien ella dice: "Siempre he dependido de la amabilidad de los desconocidos"
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