Alevosía
(Jorge Reyes Heredia)
Yo confiaba en ti, ahora me ves así, así con este dolor, que envuelve mi ser. Pensé que nunca llegarías a mentirme, pero lo dudé en el último segundo, cuando de pronto todo ya había cambiado, cuando ya había un giro en nuestras vidas. Te pude observar, te pude oír, y tu cínicamente, negabas todo con un simple?te amo, te amo y te amo. Pero cuando la rueda gira, el mundo gira, y gira todo alrededor nuestro, hasta cambiar el paraje escrito por el destino. Me mentiste, cuando todo ya estaba más claro que una nube, una nube gris que se negrea completamente, hasta ocasionar un interludio forestal. ¿Por qué pudo ser así? ¿Por qué nunca pensé que tu mentira ocasionaría tal desesperación en mí? ¿Por qué tuviste que hacer eso, cuando todo era felicidad? Por qué amor, por qué. Fue un momento inesperado, escuché un gemido claro y obsceno, escuché otro gemido que conjugaba con el tuyo, y por fin?pude escuchar tu nombre y tu voz. Me acercaba más y más al hecho, y me dabas un puñal por la espalda, al verte ahí?disfrutando la primera vez, con un ser que fue tu ex. Me quedé atolondrado, entré desesperadamente a la pocilga, y dije por última vez en mi vida: ¿Éste es el amor eterno que me prometiste? Di un paso atrás, tu mirada era de una puta insignificante, tu cuerpo al descubierto me daba asco, cuando veía como el otro te tocaba, con sus manos toscas y callosas. Salí de la pocilga desesperadamente, fumando un cigarrillo como usualmente lo hacía, y fui recordando momentos de mi vida, cuando lo pasaba feliz a tu lado?puta triste. Recordaba aquellos momentos de hipocresía, te amo?te amo?te amo, esas palabras sueltas sin ritmo, que sin conjugar con el nombre adecuado, se desvanecen?y mueren.
Esas risas que mandabas, esos encantos de prostituta barata, esas moralejas desprevenidas, que bastaban con un no, para dejarte muda. Esos toques abrumantes, que deseaban a un hombre la felicidad eterna, esas metidas?desesperantes, sentir tu mano de prostituta pródiga. La fidelidad estaba pendiente en mí, cada vez que pensaba en ti. Las pendejadas que me acarreaban, hacia un mejor destino?sin ti. Todo dio un giro en aquel momento, todo se cayó al abismo sin fin, todo el amor que sentía por ti, se desparramó al suelo. Mis dedos estaban amarillos de tanto fumar, de tanto pensar en ti?puta barata, de ingeniarme cada salida, para encontrarte rota en una pocilga. Todo se fue a la mierda más barata, por fin en mi vida tomé una decisión, una decisión final, que determinó el destino de mi vida. Ya no pensaré en una meretriz como lo eres tú, dejaré de lado todos nuestros recuerdos, derramaré la última gota por ti, adiós?baby?adiós. Al cambio del día, alguien se asomó por mi ventana, alguien pronunció mi nombre, y eras tú?baratija insignificante. Yo sereno, tú desesperada, me dabas explicaciones absurdas, que mi yo interno?reía. Sólo pude hacer una cosa: taparte el hocico de perra, acercar mi boca a tu oreja y decirte convoz dulce y melodiosa: Aléjate de mi vista, prostituta maligna. Tus lágrimas caían, resbalando tus mejillas perfectas. Cada lágrima derramada, significaba el dolor que me causaste, perra. Fumaba tocando mi guitarra, esas dos cosas significaban mucho para mí. Fumaba para regocijarme y ocultar mi propia identidad, y tocaba para perfeccionar el romanticismo presente en mí. Morí a los sesenta años, recordando este retazo de mi vida, adiós?adiós?adiós, gracias al cigarro?digo adiós.
Resumos Relacionados
- Daniel Deronda
- Zodiac
- O Perfume: História De Um Assassino
- Life Says Impossible?????????
- Transport Management
|
|