El Corregidor De Calicanto
(Jorge Inostroza)
EL CORREGIDOR ZAÑARTU Mediaban los años de 1700, cuando al reino de Chile, llegó procedente de España, Don Luis Manuel de Zañartu, ostentado riquezas desmesurados, para esa colonia Española. Haciendo su entrada en un carruaje de época y arbolando su nobleza con escudos de familia; llegó vestido de las mejores gabardinas y encajes, adornados de hilos de oro y un bastón de mando, zapatos de charol y hebillas de plata, agregado a ello el implacable orgullo y la altivez de las malditas aristocracias españolas, invasoras y colonizadoras de los pueblos de América. Si añadimos esa falsa e inescrupulosa sumisión a las creencias de la Iglesia Romana, tenemos una de las primeras demostraciones de los déspotas que en nombre de Dios, cometieron desmanes dignos de los mejores hijos del mismísimo Demonio. Mañas, que le confirieron el respeto irrestricto de la población, impuesto por medio del terror que supo imponer. Su fortuna personal, y la mediocridad con que los administradores del reino cumplían con sus cargos públicos, le bastaron a Don Luis de Zañartu, para convertirse en uno de los comendadores más implacables del Santiago de esos años. Le bastaba al Señor Zañartu, a cada día de terminada sus funciones de administrador de Justicia, puesto conferido por intereses relativos a su fortuna, sacar su enorme rosario y encerrarse en sus aposentos para, de alguna manera, apaciguar sus miserables rabietas, enconos y horribles pecados. Pero no solo fueron los simples y pobres ciudadanos de la colonia que habrían de sufrir sus peores salidas de madre. Perdió a su esposa, cuando esta daba a luz la segunda de las hijas del matrimonio. En esas consideraciones, no encontró mejor y más cobarde solución que enclaustrarlas en su propia quinta de La Cañadilla y construir un Convento, para, más tarde, cuando adquirieran la edad adulta, encerrarlas definitivamente de por vida, bajo la cómplice mirada de la Santa Iglesia y la idiotez y cobardía de sus congéneres y administradores del reino. Sembró el terror bajo su férula de administrador de justicia, haciendo construir un puente, que permitiera contener el desbordamiento de las aguas del río Mapocho, que en esas épocas, fue el mayor problema ciudadano. Trayendo con sus inundaciones, pestes y un sinnúmero creciente de pérdidas humanas, al mismo tiempo que provocaba horrendos disturbios al desarrollo de la ciudad. Obsesionado por dos construcciones, el Convento y el Punte de cal y canto, fue desmedido y abusivo con los reos y algunos indígenas traídos desde el Sur por el ejército En la justa batalla que libraban a este por la posesión de sus tierras.
Resumos Relacionados
- Isaiah
- Yo Soy El Amor Y La Misericordia Misma
- Lazarillo De Tormes
- La Mano Izquierda De Dios
- Yo Soy El Amor Y La Misericordia Misma
|
|