The Alchemist
(Paulo Koalo)
El alquimista,
Es la historia de un joven pastor de andalucía, España, que constantemente tiene un sueño, donde se ve viajando a Egipto, a buscar un tesosro cerca de las Piramides. Tanta veces era el sueño, que va donde una gitana, le cuenta lo que le ocurre con su sueño y esta lo incita a que fuera a buscarlo. Un buen día se le apareción un hombre, en el lugar donde el dormitaba, este le dijo que era el rey Salem, que venía a ayudarlo a realizar su sueño. El joven esta confuso del personaje, le descubre el pecho y se encuentra que en su pecho incrustradas dos piedras preciosas, eran adivinadoras, una era Urim para afirmar el "SÏ" y la otra era Tumin para la negación "No". Se las entrega, con la finalidad de transmitirle seguridad.
Después de tanto meditar y seguir soñando, el joven pastor decide venderlo todo, su rebaño y lo poco que tenía, ya que el rey le había explicado, que ese sueño era la señal de poder cumplir su leyenda personal. También le explico que a medida que transcurriera el tiempo las señales se manifestarian. Al llegar al áfrica, entro a un bar, habia de toda clase de personas, ahí conocio a un hombre le conto su sueño y que tuvo que venderlo todo para poder hacerlo realidad, lamentablemente era un ladrón que lo despojo de todo. Quedo tan abatido, que empezo a caminar por las calles de un país totalmente desconocido, esta cansado, sus hichados y con mucha hambre y sed. Su andar lo llevo hasta una tienda de cristales, entro y le solicito al dueño, que le permitiera limpiar los vidrios, que a cambio solo pediria un plato de comida. Por fortuna el dueño accedió, y así emprendió su nueva faena, limpiar los cristales, como estaban tan limpios, las ventas empezaron aumentar, y el dueño empezo no solo a darle comida, sino tambien a pagarle. Se hicieron amigos, aprendió el árabe, también le enseño a interpretar las señales. Le dijo que por lo general las cosas ya estan escritas, solo hay que saber entenderlas "Maktub". Este joven pastor le dió varias ideas al dueño, para aumentar sus negocio, y así fue todo marchaba bien, un año estuvo recolectando dinero para regresar Andalucía, pero se acordo de las piedras adivinadoras, le consultó si debia continuar, y le dijeron que sí.
El joven se une a una carabana a Egipto, que pasaba, y ahí conoce a un inglés, el cual era un estudioso de la alquimia y era un aprendis. El pastor le enseño las piedras adivinadoras, pero para su sorpresa, el inglés ya las conocia, también le dijo que su valor económico no era grande.
Con tan solo imaginarse esos viajes por tan excéntricos lugares, con direntes tradiciones y formas de pensar, el autor, logra que nos traslademos al lugar exacto, tanta es su fuerza, que hasta la fuerte brisa de la noche que se pasa en el desierto, la percibes, se te erizan los bellos, sientes como te escalofrios. Así fueron los días que pasaron en la carabana. Tanta belleza fue interrumpida por una noticia, que era urgente encontrar un oasis, ya que se encaminaban un ejercito. La importancia de llegar a un oasis es porque es un punto neutral, donde no se permite el uso de armas, pasaron los días hasta que por fin divisaron el oasis. Ahí acamparon hasta que todo estuviera tranquilo. El inglés y el joven estaban buscando por toda la carabana al alquimista, le preguntaban a todo que pudieran y nadie daba información, hasta que encontraron una joven llamada Fátima, quien facilito todo. Pero realmente el pasaje más interesante, y donde este joven se da cuenta de que puede lograr interpretar más de lo que se imagina, fue cuando es secuestrado con el alquimista por un ejercito, estos guerreros le dicen al joven que les de una información, pero este no entendia nada, entonces el alquimista, le dice a los hombres del ejercito, que él podía, que les iba a demostrar como se podia convertir en viento. El muchacho asustado, se para frente al desierto, cierra los ojos, su corazón latia fuerte hasta que se calmo y le pidio al desierto que lo convirtiera en viento, este le contesto suavemente que no podía, por lo que hizo levantar una tormenta de arena a su alrededor para que pudiera hablar con el sol. Los hombres asombrados se detuvieron y se aferraban sus pies en el piso para no ser arrastrados. La arena que alcanzo a llegar hasta el sol tampoco pudo convertirlo en viento, pero le dijo que hablara con la mano, quien era la que escribía todo y podía cambiarlo, sus instintos y fuerza le permitio penetrar al alma del mundo que era parte del alma de Dios, y vio al final que era su propia alma y que podia realizar milagros. Después vino una total calma y finalmente se encontraba lejos de ellos, y continuaron su viaje. después de varios días de aquella experiencias, llegaron a un monasterio, el alquimista le solicito al minje posada para limpiarse, después de compartir alimentos con ellos, solicito la cocina. Saco un recipiente de hierro y derritió un plomo, luego saco un huevo de vidrio amarillento, lo raspó ligeramente la envolvió en cera y la tiro en el recipiente; la dejo secar y se convirtió en oro. Lo partio en 4 pedasos: 1 se lo entrego al monje, 2 se quedo con el, 3 se lo entrego al muchacho y el 4 se lo entrego al monje con instrucciones de entregarselo al muchacho cuando regresará. Así fue, se despidieron el alquimista siguio sus pasos y el joven estaba a punto de realizar su sueño, le faltaba poco para llegar a las pirámides de Egipto, cunado tuvo otra señal, escucho que su corazón le decia, que al llegar a las piramides lo haría llorar y donde cayeran sus lagrimas, ahí debería cavar y encontraría su tesoro. Todo resulto como lo había dicho el corazón, las lagrimas cayeron y comenzo a excavar, pero llegaron unos ladrones, le robaron el pedazo de oro que le había entregado el alquimista, le pegaron y burlandose le dijeron: "nosotros tambien teniamos un sueño, ir a España, buscar una iglesia que estuviera en ruina donde los pastores descansan, en esa iglesia hay un sicomoso dentro de la sacristia y que debería excavar ahí encontraría el tesoro". El joven entendió la señal, se dio cuenta que el alquimista todo lo sabía, pero porque no se lo dijo, así le hubiera ahorrado esta golpiza, emprendió viaje al monasterio, y para su sorpresa el monje le entrega el cuarto pedazo de oro, y le explico que era necesario que pasara por todas estas señales, para comprender. Fue cuando escucho la voz del alquimista, diciendole, que todo tenia un enlace, que él debia ver las piramides, conocerlas y no quedarse solo en sueños.
Regreso a su tierra, encontro el tesoro, compro su rebaño y se acordo que tenia que darle la parte a la gitana. Cuando de rrepente una suave y agradable brisa lo envuelve con una exquisita fragancia y se acordo de la mujer que se había enamorado y le prometio regresar por ella, Fatima, la mujer del desierto.
Este libro nos enseña, aunque sea algo sub- realista, que todo en la vida esta entrelazado, que muchas veces debemos pasar por pruebas, fuertes o suaves, pero hay que vicirlas para que se de la siguiente señal o paso. Maktub, como dicen los árabes, lo que está escrito, escrito está.
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