Resumo de Francisco Bolognesi

Dejando la ironía característica de sus relatos, un Ricardo Palma emocionado, nos cuenta los entretelones de la respuesta histórica de don Francisco Bolognesi al emisario chileno Cruz Salvo, cuando éste, le propuso rendirse en Arica.
En las primeras horas matinales del sábado 5 de junio de 1880, el anciano coronel estudiaba el plano del terreno de la futura contienda con los chilenos, cuando fue avisado de la llegada del parlamentario enemigo.
Desde su ingreso, el sargento Cruz Salvo miró con respeto al héroe de Arica. Tenía la difícil misión de convencerlo para que desistiera de enfrentarse a su ejército que le aventajaba en cantidad de hombres y calidad de armas.
- Lo sé, dijo tranquilamente el jefe peruano, aquí somos sólo mil seiscientos hombres decididos a salvar el honor de nuestras armas.
Salvo apeló a recordarle que el honor militar no imponía sacrificio sin fruto y que Chile se comprometía a honrar también al vencido. Bolognesi, con la calma de los grandes hombres respondió que estaba dispuesto a "quemar el último cartucho".
Seguidamente, el coronel convocó a sus principales jefes, les comunicó el panorama de una batalla a la que llegaban en inferioridad de todo tipo; la propuesta de los enemigos y su decisión de morir peleando.
El coraje de Bolognesi contagió los corazones y el espíritu de sus soldados, quienes prometieron COMBATIR HASTA MORIR.
En ese puñado de valientes sólo unos cuantos habían vivido los suficientes, pero muchos eran muy jóvenes y algunos casi niños.Todos estaban dispuestos a quemar "el último cartucho" junto a su coronel, y a defender su bandera a costa de su vida, como Alfonso Ugarte, que cuando vio todo perdido, cogió la sagrada bicolor y en un arranque de sublime heroismo, se arrojó del morro a la inmensidad del mar.
Todos los que juraron defender a la patria amada, murieron. Inclán, Arias, Blondel, Zavala, Bustamante, los Cornejo, O´Donovan...pintaron con su sangre la hecatombe de Arica, cayeron cadáveres el 7 de junio, mirando de frente al pabellón nacional y balbuceando en su última agonía, la palabra PERÜ, como supremo homenaje de amor a la tierra amada..murieron cumpliendo su promesa de "quemar el último cartucho".

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