BUSCA

Links Patrocinados



Buscar por Título
   A | B | C | D | E | F | G | H | I | J | K | L | M | N | O | P | Q | R | S | T | U | V | W | X | Y | Z


Almas Grises
(Philippe Claudel)

Publicidade
En los años treinta, un ex policía, después de haber reflexionado sobre los hechos y haber hablado con otros de los que los vivieron, recuerda cómo durante la primera guerra mundial, en una aldea francesa muy próxima al frente, apareció estrangulada una niña de diez años. El ex policía, que vive atormentado por la muerte de su esposa, recuerda que sus superiores le impidieron investigar demasiado sobre el asunto cuando olieron que el principal sospechoso era el fiscal del lugar, un solitario viudo que había sido visto con la niña por una pordiosera en la noche del asesinato y que había mostrado signos de gran admiración por la chiquilla. El caciquil juez y un instructor militar se apresuraron a hacer caso a las peticiones populares de echar la culpa del crimen a dos soldados desertores que estaban de paso en el pueblo. Uno de éstos se ahorcó en la celda y el otro se adjudicó el asesinato después de ser expuesto desnudo en el patio al frío del invierno y fue fusilado.
 Años después y con el fiscal ya fallecido, el ex policía entra en la casa de éste y encuentra un cuaderno y unas fotos que muestran que el viudo relacionaba a la niña estrangulada con su difunta esposa, muerta en plena juventud, y también con la que fuera fugazmente maestra del pueblo, una guapa joven de pálpito similar al de la añorada esposa y que se había suicidado pocos meses antes del crimen al conocer que su novio había muerto en la guerra.
 No obstante, cuando más convencido parece el ex policía de la culpabilidad del fiscal, le llega la carta de un policía de otra parte del país en la que se le solicita ayuda para localizar al culpable del asesinato de otra niña que presenta características muy similares al caso ocurrido en la aldea. Según la fotografía que se adjunta, el asesino a localizar es el soldado obligado a confesar y fusilado precisamente por el crimen de su aldea. Sin saber con qué culpable quedarse, el ex policía da por olvidado el asunto y se centra en recordar un asesinato que él cometió y que por primera vez se atreve a confesar: el de su propio hijo recién nacido, por cuyo alumbramiento su amada esposa acababa de fallecer, lo que le lleno de ansias de venganza hacia la criatura. Y escrita la confesión, el ex policía se dispone a suicidarse.
 Aunque la novela resulta amena e interesante, da la impresión de que, para no conocerse al final la solución del misterio, la historia se apoya demasiado en el esquema tradicional de intriga de crimen por resolver y provoca una inevitable sensación de decepción en el lector. Tampoco el personaje narrador ni la mayoría de los que se retratan resultan demasiado consistentes. A eso se añade un molesto tono quejoso existencial que se observa en cada página y se subraya en el título de la historia. Para este autor, no hay almas negras ni blancas, malas ni buenas, sino mediocres, grises (dejando sutilmente que se confunda la idea de un término medio, o de una mezcla de maldad y bondad, con la pura mediocridad vital).



Resumos Relacionados


- El Hombre Delgado

- A Sangre Fria

- El Código Da Vinci

- El Gato Negro

- La Familia De Pascual Duarte



Passei.com.br | Biografias

FACEBOOK


PUBLICIDADE




encyclopedia