El Señor De Sipán: Auge Y Caída De Los Moches
(Dennis Alvaro Fabián)
Presentada didácticamente en forma de historieta, el autor hace un repaso por los orígenes, el esplendor y el declive de los moches, una de las culturas más importantes del Perú antiguo. Los orígenes de esta civilización se remonta a los 200 años a.c, cuando sus primeros hombres después de cruzar los andes y dominar desiertos, se asentaron en Moche, en la Costa norte. Adoradores del Sol y la Luna, construyeron en pleno corazón del valle, las huacas que llevan su nombre y desde cuyas plataformas observaban el desplazamiento de la Luna y las estrellas, a las que llamaban Fur, para establecer su calendario de cultivo. Durante las épocas de siembra, cosecha o después de eclipses o terremotos, ofrecían a sus deidades un ritual sangriento: Extraían el corazón de sus prisioneros, bebían su sangre y arrojaban sus cuerpos al abismo. Los moches destacaron por ser grandes agricultores. Construyeron gigantescas obras de irrigación, cuyos canales y reservorios causan asombro hasta hoy. Conocedores del beneficio del abono en los cultivos, se desplazaban en botes de totora a través del mar en busca de islas, de las que traían el preciado elemento, a la que atribuían como regalo de sus dioses; En reciprocidad les ofrecían el sacrificio de doncellas de las islas sometidas, a las cuales decapitaban.
Con embarcaciones de totora llegaron por el sur, a Chile y por el norte a Ecuador, buscando piedras preciosas y las conchas spondylos, más apreciadas que el oro mismo. Acompañados de caravanas de llamas comerciaron por los andes y la ceja de Selva, de donde traían exóticas aves, monos, pumas y otorogos,
Cuando no habían guerras externas, se ataviaban con sus mejores prendas y organizaban peleas entre ellos. El perdedor sabía que iba a ser sacrificado para calmar la ira de sus dioses.
Sociedad rígida y vertical, los moches no perdonaban a quienes transgredían sus códigos de ética. Los infractores eran duramente castigados y luego, amarrados a un poste para ponerlo a expensas de las aves de rapiña. . La cultura moche alcanzaría su máximo esplendor con el señor de Sipán que dominó desde Huaca Rajada los valles aledaños, que riega el río Reque al sur de Chiclayo. El Siec (señor en lengua moche) , era considerado un ser semi divino, sacerdote, dueño de ejércitos e indiscutido administrador de su señorío. Vivió aproximadamente entre 40 y 45 años, su estatura no sobrepasaba el 1.65 y tenía contextura atlética.
Ejerció su dominio por estas tierras, cuando las tropas de Atila asolaban Europa, los bárbaros atacaban el imperio romano y los mayas florecían en América central. Durante su gobierno, la cerámica alcanzó su mayor esplendor y legaron para el futuro los famosos huacos eróticos y los huacos retratos (verdaderas testimonios de la vida, mitos y costumbres de los moches). Asímismo, se exhibieron como grandes orfebres con finos trabajos en oro, plata y cobre, combinadas con piedras preciosas como el lapizlazuli, esmeraldas y turquesas: conocieron la aleación y la soldadura para hacer sus joyas. En los tiempos del señor de Sipán, los moches navegaron mar adentro, encomendándose a sus dios terrorífico conocido como Aia-paec, explorando nuevos territorios. Adoradores de la vida, también rendían culto a la muerte porque lo consideraban un estado superior. Estose comprueba en los funerales del señor de Sipán, que dejó de existir por un mal no identificado que azotó la costa por ese entonces. Su entierro fue digno de su linaje y poder. Ataviado de sus mejores prendas de guerrero: casco, narigueras, pectorales,y el cetro de oro que siempre cargaba en vida. En su tumba fue puesta su esposa, que se envenenó, además de una de sus doce favoritas, que fue arrojada viva a la tumba en el mismo centro de Huaca Rajada. Lo acompañó un niño como signo de pureza y su fiel perro,; completando el sarcófago repleto de alimentos y chicha de maíz. Asímismo, fue sacrificado un joven guerrero, al que se le cortaron los pies para que protega el descanso de su siec. La muerte del señor de Sipán marcaría el inicio de una época dura para los moches. Una terrible sequía azotaría a un pueblo que vivía de sus cosechas. Ni los sacrificos humanos, hicieron que sus dioses les enviaran lluvias. A ello se sumaría el avance de los wari hacia el norte, expandiendo el culto a Pachacamac. La sequía fue sucedida de un terrible cambio climático, donde las torrenciales lluvias (producto del denominado fenómeno del niño), arrasarían cultivos y viviendas de las huacas. Después vendrían las plagas de roedores, insectos y langostas, que trajeron hambre y epidemias que diezmaron a su población.
herederos de la bravura de sus ancestros, se desplazaron en busca de nuevas tierras y lograron asentarse en Galindo y Pampa Grande, haciendo de ellas ciudades importantes.. Pero la naturaleza se ensañaría nuevamente con esta importante cultura, otro fenómeno del niño (aquél que calienta las aguas del océano propiciando lluvias torrenciales), asolaría su territorio., sumado al golpe demoledor del dominio wari que venía del sur. 7 siglos después de Cristo, por causas aún no explicadas, Pampa Grande fue quemada y arrasada por sus propios habitantes, marcando el fin de una de las culturas más importantes del antiguo Perú.
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