Las Ranas
(Aristofanes)
Esta comedia está escrita en un momento en que Atenas estaba pasando por un mal momento político y militar. Con su humorismo habitual (y también con su habitual conservadurismo) Aristófanes trata de buscar valores y símbolos sobre los que basar el futuro de la ciudad estado ateniense. Ante la falta de poetas, Dionisos, dios del teatro, decide bajar al Hades para traer de nuevo a la tierra al recientemente fallecido Eurípides. Se viste como Hércules y pide a éste consejo en base a la experiencia que obtuvo cuando bajó a ese lugar para sacar al perro cerbero. Atraviesa la laguna que le lleva a Caronte con un coro de ranas de fondo. En el Hades, encuentra no sólo a Eurípides sino también a Esquilo y decide que ambos compitan en defender su verso para decidir cuál es el mejor. La competición sirve a Aristófanes para poner en juego una serie de chistes bastante agudos. Algunos son juegos de palabras intraducibles o puras parodias del ritmo y el contenido de los versos de las tragedias Eurípides. Por ejemplo, Esquilo dice que competir con Eurípides en el Hades supone ventaja para éste puesto que "mi poesía no ha muerto conmigo en tanto que sus tragedias murieron con él, de suerte que puede utilizarlas contra mí". Eurípides critica la falta de cuidado formal de Esquilo, la inconcreción y falta de propiedad de alguna de sus frases y sus excesos solemnes. Esquilo critica la populachería de Eurípides y su vaciedad. Dionisos, igual que el autor se decanta por Esquilo, que es a quien lleva a la tierra después de haber utilizado una balanza para pesar el verso de uno y del otro. Gana Esquilo "porque, como ocurre con los vendedores de lana, ha mojado su verso, poniendo en él un río, y tú le has aligerado poniéndole alas". En los últimos momentos de la obra, los dos poetas se pronuncian sobre la situación y las personalidades políticas de la Atenas de la época.
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