11ª Entrega; De Luz Pura
(Mercedes C.M.)
- No le había conocido, se ha quitado la barba y con las gafas está muy distinto. Ella se fijó que ya no la provocaba ningún desasosiego, aunque perduraba la sensación de sentirse especialmente acompañada?
Entraron en el silencioso y muy arbolado recinto del cementerio. Había una suave y cálida brisa que movía las ramas. Las hojas secas de las veredillas bailaban al capricho del viento. Caminaban hablando casi en un susurro, por respeto al lugar en el que estaban. Los contactos visuales eran una experiencia nueva, ahora se sentía cómoda con aquel personaje y el se sentía a gusto con aquella curiosa mujer y aquel excitante trabajo. Su cámara la llevaba colgada como era su costumbre. Durrel le fue explicando a grandes rasgos como era su proyecto, el se iba entusiasmando por momentos. Pasó la noche y no hubo absolutamente nada interesante exceptuando su mutua compañía. Decidieron que desayunarían y volverían al cementerio, ya que Alex propuso que sería interesante hacer el trabajo durante las diferentes horas del día, algo que no se había hecho nunca. Tras el desayuno volvieron al recinto en el momento que se disponían a enterrar a un anciano ?muy sabio y bondadoso?, les dijo alguien en la puerta. Durrel sacó de la bolsa el nanomagnetocromatógrafo con infrarrojos. Anuló el infrarrojo y enfocó hacia el ataúd. Alex había preparado la grabadora y le iba traduciendo lo que le contaba uno de los asistentes al entierro sobre el interesante anciano. Durrel le dejó a Alex el aparato para que viera el efecto y él se lo devolvió apresuradamente sin poder articular palabra. En el momento en que se posaba el ataúd en el suelo del agujero, una enorme mariposa de luz en la que predominaba el azul añil brillante se elevaba con grandes alas.
Fin
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