BUSCA

Links Patrocinados



Buscar por Título
   A | B | C | D | E | F | G | H | I | J | K | L | M | N | O | P | Q | R | S | T | U | V | W | X | Y | Z


Los Tesoros De Catalina Huanca
(Ricardo Palma)

Publicidade
La cultura huanca, famosa por su resistencia al dominio inca, ingresa a la leyenda popular a través de una de sus más notables representantes: Doña Catalina Apu Alaya, hija del Cacique que concilió sobre sus beneficios y el de sus descendientes, con el inca Pachacútec cuando su pueblo fue sometido.

Llegados los españoles  al Perú y capturado Atahualpa, uno de los socios de la conquista, el iletrado Francisco Pizarro, demostraría su sagacidad política al acercarse al Cacique huanca y hacerlo su compadre  bautizando a su hija Catalina.

Heredera de una gran fortuna, la ahijada de Pizarro se caracterizó por un espíritu filantrópico que la hizo donar terrenos y dinero para construir iglesias como la de San Francisco y hospitales como el de Santa Ana con el entonces, Arzobispo Loayza.
Era tal su fama por el cariño a los más pobres,  que  cuando Catalina Huanca ( como la conocían) ingresaba a la capital escoltada por cientos de indígenas, era recibida con homenajes,  sobre todo de los españoles que no podían explicarse de dónde podía traer tantas acémilas cargadas de oro y plata. La hipótesis que cobró mayor fuerza fue la de un tesoro familiar trasmitido de generación en generación. Un secreto  que, por supuesto, se  llevaría la dama huanca  a su tumba, después de  90 años de agitada vida.

Muchos quisieron indagar el destino del tesoro de Catalina Huanca, incluso en  San Jerónimo, su lugar de nacimiento y donde comenzaría su  leyenda, Específicamente en 1642 teniendo como protagonista, nada menos que a  un fraile dominico que daba ayuda espiritual al pueblo. Cuentan que un buen día, el cura recibió la noticia de la llegada de un delegado eclesiástico. Como era habitual en la época, la bienvenida debía ser por todo lo alto y el fraile tenía buena voluntad, pero muy pocos recursos para el agazajo.

El dominico jamás pensó que la solución a sus problemas vendría del viejo y harapiento campanero de su iglesia, quien le ofreció darle "lo más que suficiente" para lo que necesitaba, siempre y cuando se sometiera a sus requisitos: vendarse los ojos y ser guiado por él hasta el subterráneo donde se encontraba el tesoro.

Incrédulamente, el dominico se sometió a la oferta del anciano. Cuando llegaron,  se quedó estupefacto: El lugar estaba repleto de oro y plata. Pasado el estupor inicial, cogió lo necesario y volvió tal y cual había llegado, con vueltas y contravueltas del anciano para despistarlo del camino.
Está demás decir cómo fue el recibimiento del delegado y su comitiva, sin embargo, el cura nunca sería el mismo de antes. Ya no era el de la sonrisa abierta y afable. Cada vez adelgazaba más y hablaba incoherencias. Nadie se explicaba qué había pasado en su visita al subterráneo, como también nadie se explicaba el destino del campanero que había desparecido como por arte de magia.

Una terrible sospecha rondaba la mente del fraile: creía que el diablo estaba personificado en  el anciano y  lo había hecho caer en la tentación de la ambición y la soberbia.Dicen que estas alucinaciones lo persiguieron hasta su muerte.

La leyenda  sobre un tesoro escondido por Catalina Huanca en algún lugar recóndito de San Jerónimo o la capital peruana, se extendió tanto, que durante años, diversos aventureros lo siguieron buscando, a pesar de que eso significaría pactar con el propio diablo.



Resumos Relacionados


- True But Strange

- Relaxe... E Viva Feliz

- All

- Are Films The Reflection Of The Society?

- Hard Candy: Nobody Ever Flies Over The Cuckoo''s Nest



Passei.com.br | Biografias

FACEBOOK


PUBLICIDADE




encyclopedia