Dagón
(H.P. Lovecraft)
Cuando ya ha decidido quitarse la vida, el protagonista morfinómano de este relato en primera persona -uno de los más conocidos de Lovecraft- cuenta la terrorífica historia que le ha llevado a tomar tal determinación. Era sobrecargo en un buque hasta que fue hecho prisionero por un corsario alemán. Un día escapa en un bote, con bastantes provisiones pero sin saber cuál es su situación en el vasto océano, vagando a la deriva hasta que, tras un largo sueño, despierta en un extraño y estéril lodazal en el que sólo hay peces en descomposición y otros animales marinos desconocidos, también muertos. Llega entonces a la sorprendente conclusión de que una "conmoción volcánica" ha hecho emerger las profundidades del mar. Explorando el yermo territorio encuentra una especie de tótem tallado con representaciones de raras criaturas vagamente humanoides. Anochece y, de pronto, de las aguas emerge Dagón, el dios pez. Huye aterrado y, de nuevo en el bote, es finalmente rescatado y trasladado a un hospital de San Francisco. Pero han rescatado su cuerpo y no su alma. El terror de que Dagón vuelva lo convierte en un adicto a la morfina. El relato, más allá del argumento, es interesante por el ambiente de terror que Lovecraft, en su línea aunque menos onírico y cósmico que en otras ocasiones, es capaz de crear.
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