Amillia, Amor A La Vida
(Donanfer)
Amillia,...amor a la vida Amilia love to the lifeLa niña que nació en un hospital de Miami con apenas veintiún semanas de gestación se convirtió en la beba más prematura del mundo que sobrevive tras un período de gestación tan breve, informaron hoy fuentes del Hospital Infantil Baptist de Miami, Estados Unidos Amillia Taylor, como se llama la protagonista de esta milagrosa historia, permanecerá en observación "dos días más", aunque sólo como medida de precaución. En un principio, la beba iba a ser dada de alta ayer, ya que, según habían informado en el hospital, había superado todas las complicaciones. Sonja Taylor, de treinta y siete años y madre de la beba, tuvo que ser sometida a cesárea el pasado 24 de octubre y, pese a que los especialistas que asistieron el alumbramiento tenían pocas esperanzas de que la pequeña sobreviviera, Amilia pudo superar todos los obstáculos.Según el registro de los bebes más pequeños elaborado por la Universidad de Iowa, la niña batió el récord del mundo en esta categoría. La ciencia tiene respuestas para todo, pero los límites entre la vida y la muerte siguen planteando enigmas que renuevan el escenario -nunca cerrado ni definitivo- de las certidumbres humanas. El nacimiento de Amillia , la beba que vino al mundo recientemente en los Estados Unidos después de sólo cinco meses de gestación, ha alterado las previsiones habituales en el campo de la neonatología y ha incorporado nuevos motivos para mirar con desconfianza el horizonte de soluciones facilistas que suelen prometernos los impulsores del aborto, tan frecuentemente dispuestos a equiparar al bebe no nacido con un objeto inanimado. El hecho que estamos comentando, difundido ampliaente por la prensa mundial, se registró en una clínica de Miami y marcó un récord en el historial de los partos prematuros, pues la beba logró sobrevivir a pesar de que había permanecido sólo veintiún semanas en el útero materno. Los médicos que asistieron al alumbramiento tenían pocas esperanzas de que la niña sobreviviera, pero Amillia logró superar todos los obstáculos, después de la cesárea a que fue sometida su madre. En el momento de nacer pesaba sólo doscientos ochenta y tres gramos y medía veinticuatro centímetros, no demasiado más que un pequeño pan de manteca. En las semanas siguientes pesaba apenas dos kilogramos, pero los especialistas se mostraban optimistas y coincidían en que se trataba de una beba normal y saludable. La supervivencia de Amillia , calificada en algunos círculos casi como un milagro, fue señalada en las esferas científicas como un acontecimiento revelador de los avances que se están registrando en el campo de la neonatología. . Hubo un caso similiar al de Amillia, años atrás; la madre de otro niño próximo a nacertenía diecisiete años y había llegado a la clínica tras haber ingerido un estimulante para abortar. Los profesionales quedaron impresionados por la energía con que el bebe lloró y se expresó durante las cuatro horas que duró su vida. Y vivió apenas cuatro horas. Estas historias de vida deberían llevar a una reflexión profunda a quienes suelen acercarse a los temas extremos de la vida y de la muerte desde frías y abstractas concepciones reduccionistas. La ligereza con que se resuelven a veces, desde la Justicia o desde la función legislativa, situaciones extremadamente dramáticas que tienen que ver con el más esencial de los derechos, el derecho de vivir, resulta incompatible con un mínimo sentimiento de humanidad y aun de razonabilidad cuando se toman en cuenta testimonios como los que hemos intentado recoger en este comentario editorial. Y es que cuando Amillia nació tenía problemas respiratorios, digestivos y una leve hemorragia cerebral, pero su cerebro, su corazón sus órganos vitales funcionaron normalmente. En Miami, en el hospital Bautista de Niños, Amillia ha estado, desde el 24 de octubre hasta este martes, es decir tres meses y veintisiete días, en una incubadora recibiendo oxígeno y conectada a un aparato que la ayuda a respirar. Hoy, al darla de alta, los médicos dijeron que Amillia deberá seguir en incubadora y conectada a un monitor para vigilar el ritmo de su respiración... Pero luego de veintidós semanas en el vientre materno y de dieciséis semanas bajo atención médica, el salir del hospital es como volver a nacer. Amillia fue concebida mediante la técnica de fertilización in vitro, además el parto fue a través de operación cesárea y hoy, cuando Amillia finalmente regresa a casa, será recordada como la bebé más pequeña del mundo. Donanfer
Resumos Relacionados
- Ojitos De Ángel
- Ojitos De Ángel
- Sigue Cantando
- El Rey De La Habana
- Corazón De Tinta
|
|