BUSCA

Links Patrocinados



Buscar por Título
   A | B | C | D | E | F | G | H | I | J | K | L | M | N | O | P | Q | R | S | T | U | V | W | X | Y | Z


La Muerte De Iván Ilich
(León Tolstoi)

Publicidade
Un grupo de burócratas revisa un caso judicial. En el descanso, uno comenta que ha muerto el colega Iván Ilich, que llevaba varias semanas enfermo.

Sin sentirse particularmente afectado con la noticia, uno de ellos piensa en los movimientos que originará la vacante. ?Ahora sin duda ocuparé el lugar de Shtabel?. Siguen trabajando con un íntimo sentimiento de alegría. ?Al fin y al cabo, el muerto no soy yo?, piensa cada uno.
 
En el velorio, solamente el hijo de Iván Ilich llora. Con la muerte de su padre, algo moría en él. Más realista, la viuda, pensando en su pensión, pregunta cómo arrancarle algo más al erario.
Cuando Iván terminó sus estudios, se fue a la provincia a ocupar un cargo que su padre le había conseguido. Aprendió a jugar cartas y sólo se movía en el círculo social más elevado. En otra provincia, después de un ascenso, conoció a Prascovia, su futura mujer. Viendo que la muchacha le simpatizaba, ¿se dijo: ?¿por qué no me caso??Al año de casado, se dio cuenta de que el matrimonio, si bien ofrece algunas comodidades, es un asunto complicado; que con los avatares que la vida va presentando se va constituyendo en una pesada carga, que él trataba de aliviar dedicándose a su trabajo.

Esperando un ofrecimiento muy bueno, se negó a varios traslados. Con un sueldo de 3.500 rublos al año, que muchos le envidiaban, empezó a sentirse pobre. Pero era que gastaba más de lo que ganaba. Desconsolado, viajó a San Petersburgo a buscarse uno de 5.000, sin importarle en dónde fuera. Después de muchas intrigas, lo consiguió en otra ciudad.
Pleno de felicidad, se fue unos meses antes que su familia a buscar casa y a arreglarla a la altura de su nueva posición. Se dedicó en cuerpo y alma a instalar cortinas, muebles, tapetes y demás, sin ahorrar gastos. En las noches, antes de dormirse, se preguntaba cómo iría a quedar la sala. Y en el nuevo empleo, en medio de las sesiones, se distraía pensando cómo podría instalar las cortinas.

Estaba renovado.

Un día, instalando la tal cortina, se dio un golpe en un costado. Pero gracias a su agilidad el asunto no fue grave.La llegada de la familia a la ciudad inició un nuevo período matrimonial. Pero pronto volvieron los desentendidos y las peleas domésticas por los asuntos más baladíes.

Todos gozaban de buena salud, excepto Iván, que se quejaba de tener un raro sabor en la boca y cierto malestar en la parte izquierda del vientre. Pero el dolor siguió acentuándose tanto que se vio obligado a consultarle a un médico. ?No se preocupe; confíe en nosotros?, le dijo después de un breve examen. Algo parecido a lo que él, en el tribunal, les decía a los clientes, sin resolverles nada. Confiando en que aquello era pasajero, consultó otra celebridad, que le cobró más, pero que le dijo lo mismo que el otro, con palabras diferentes. Claro que éste mencionó vagamente la posibilidad de un riñón flotante o de problemas en el intestino ciego.

Empeoraba y perdía peso.En el tribunal, empezó a observar que los demás lo miraban de una manera extraña, pensando seguramente en el vacío que iba a dejar. Pero no en sus vidas, sino en la nómina. Esto lo hacía embrollarse y confundirse en las sesiones.Cada vez dormía menos.Finalmente tuvo que guardar cama. Los médicos le mentían y su familia también. Su agonía era una farsa. Inclusive él mismo se engañaba pensando que aquello era algo pasajero, que tendría remedio.

En medio de aquella terrible soledad, hizo un balance de su vida, y vio con amargura que toda ella estaba construida sobre mentiras; que exceptuando la infancia, lo demás había sido un esfuerzo vano.

Empezó a oler feo. Su única compañía era Guerasim, un criado de origen campesino; el único que le ayudaba en su aseo personal. Incómodo, Iván se disculpaba con él. Entonces Guerasim decía: ?todos moriremos. ¿Por qué entonces no dar una mano??A medida que empeora, se le van haciendo más odiosas su mujer y su hija. Esta última está en edad de casarse y ya tiene un candidato para marido, que ha pedido su mano. Pero la enfermedad de Iván es un impedimento para su boda. Sus sufrimientos físicos eran terribles. ?Pero más terribles eran aún sus sufrimientos morales?. Le torturaba la idea de no haber vivido como debía. ?Su empleo, su estilo de vida, su familia, los intereses de la sociedad y de su cargo, todo ello podía ser lo que no debía ser?.

Le llevaron el sacerdote, se confesó y comulgó con lágrimas en los ojos. Recobró por un momento la esperanza de que su intestino ciego tuviera remedio. Pero volvieron la desesperanza y los dolores.

Gritó durante tres días. Sentía que una fuerza invisible e irresistible lo metía dentro de un saco negro. Sentía que se acercaba cada vez más a lo que le horrorizaba. Una hora antes de su muerte su hijo penetró en la habitación y le besó la mano. Iván abrió los ojos y lo vio. Luego entró la mujer en un mar de lágrimas. Sintió lástima de ambos. Pensó: ?Los estoy torturando?. Quiso hablarles, pero no tuvo fuerzas. Mientras por su mente pasaban toda clase de imágenes, alguien dijo: ?se ha terminado!? Libre de su dolor, oyó esas palabras con alegría.



Resumos Relacionados


- The Death Of Ivan Illich

- Mi Primera Visita

- El Tunel

- El Tunel

- El Caballero De La Armadura Oxidada



Passei.com.br | Biografias

FACEBOOK


PUBLICIDADE




encyclopedia