Resumo de Pensar La Muerte - Vladimir Jankélévitch

Pensar en algo como la muerte puede parecer algo muy limitante. Concreto y abstracto a la vez. Pensar la finitud o eso llamado ?vida después de la vida?. Vladimir Jankélévitch (1903-1985) lo hizo, a decir verdad, en cuatro entrevistas que dio en los años setenta del siglo pasado. El tema común es el abordaje mismo del instante final, que define la vida y que lleva al individuo, ese acto individual que se comparte con los demás, y que quién sabe a dónde conduce. Movimiento de la nada hacia ninguna parte, se suele definir.Pero la muerte es tan difícil de asir, menos aun de entender, y sin embargo muchos pensadores han intentado al menos comprender ese misterio, posiblemente aquel que la ciencia ha renunciado a intentar desentrañar, después de que la fe y la religión simplemente ha sido descartada como tema de enigma, excepto por los dogmáticos.De modo que Jankélévitch examinar diferentes tipos de experiencia de la muerte. En la primera entrevista, por ejemplo, trata acerca de la muerte de un ser cercano, ese abandono por excelencia, y sobre la incertidumbre metafísica que aqueja a quien se posa frente a frente a la muerte. Experiencia del observador o espectáculo sin más.La segunda, en cambio, discute el sentido de la vida ?y de la muerte? a la luz de las religiones, forma social de pensamiento que intenta asimilar la muerte, desde las comunidades primitivas hasta las sociedades modernas, en las cuales la vida física se ha prolongado considerablemente. La tercera entrevista se acerca a un tema de actualidad: la eutanasia. La muerte que se otorga por piedad. También la relación con la muerte que se entabla a raíz de los transplantes de órganos y la manipulación genética. ¿Qué clase de muerte tendremos con vidas tan prolongadas, por así decirlo tan difíciles de concluir?Por ultimo, el aspecto final, el infaltable: la muerte violencia, individual y colectiva. A pesar de la longevidad generalizada, a veces que la vida es cada vez más frágil. Posiblemente ello sea una de las peores angustias del siglo que empieza. Hemos vencido a al muerte, al menor hemos retrasado a placer, aunque al precio de que sintamos precaria a la vida.Vladimir Jankélévitch llevaba mucho tiempo pensando la muerte. En 1966 publicó La muerte. En esta obra alegó que jamás pensaba acerca de ella. El hecho es que son pocos los que la han problematizado. Discípulo del filósofo Henri Bergson, erigió un pensamiento abrevando del platonismo, el neoplatonismo y la patrística griega, lo que se contrapuso a la fuerte influencia de la filosofía alemana vigente en su juventud. En 1933 publicó L'Odyssée de la conscience dans la dernière philosophie de Schelling tras haber impartido cátedra en el Instituto Francés de Praga. De 1938 y 1950 son sus dos libros de musicología, uno dedicado a Gabriel Faure y el otro a Debussy. Del tiempo, pues, decantó hacia la muerte y a la eternidad reconfortante.

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