El Enigma De La Jóven Que Vivió Dieciocho Años En La Selva
(Donanfer)
El enigma de la joven que vivió dieciocho ocho años en la selva The crux of the young woman who lived through eighteen ochos in the jungle Algunas noches Rocham Phoeung espera a que todos se hayan dormido, se quita la ropa y gatea desnuda, buscando la salida de la pequeña cabaña en la que su familia vive hacinada en este rincón perdido del nordeste de Camboya. Oyadao queda al final de una carretera de arena y piedras. Un lunes por la mañana, una veintena de curiosos se asoma a la mísera choza de la familia de Phoeung. La joven permanece inmóvil, tumbada en el suelo, ausente, sumida en el silencio en el que ha guardado los interrogantes de su sorprendente reaparición el pasado 13 de enero. Los jornaleros que la hallaron aseveran que la joven caminaba en cuatro patas,solo emitía gruñídos incomprensibles y tenía el aspecto de un mono. Hoy, una vez que su madre le haya cepillado el pelo y la haya enfundado con un pijama rosa, la mujer de la jungla será una chica de campo. Una de las primeras decisiones del único psicólogo que hasta ahora ha podido estudiar a Phoeung, el español Héctor Rifá, fue tratar de devolver la tranquilidad a un entorno que estaba adquiriendo una atmósfera circense. No más trasiego de curiosos, demostraciones públicas o cámaras fotográficas, que el especialista de la Universidad de Oviedo cree que son para la joven camboyana "máquinas que echan fuego". Rifá, miembro de la organización Psicólogos sin Fronteras, realizaba en Camboya una investigación sobre la comunicación no verbal de las comunidades tribales cuando se conoció el descubrimiento de la mujer de la selva. Las únicas palabras inteligibles que Phoeung ha pronunciado hasta ahora en su lengua natal -la familia pertenece a la minoría étnica de los Phnong- han sido "papá", "mamá" y "me duele". Algunas conductas de su comportamiento confirman que Phoeung ha vivido largo tiempo en la jungla. Escarba en el suelo de forma intuitiva buscando gusanos o insectos. Antes de comer, olfatea la comida. Sin embargo, Rifá asegura haber detectado también conductas que indicarían que ha tenido contacto con otras personas. Ha utilizado la cuchara para comer sin que nadie le hubiera indicado cómo hacerlo. Duerme boca arriba, con las piernas flexionadas, cuando lo normal entre los salvajes es hacerlo en posición fetal. "Tiene ciertas habilidades culturales. No es una mujer mono, sino una persona que ha vivido en la jungla durante un largo período y que probablemente en algún momento ha tenido contacto con otras personas", asegura Rifá. La posibilidad de que Phoeung haya permanecido cautiva se ve reforzada por la doble cicatriz que tiene alrededor de la muñeca izquierda, idéntica a las que producen las trampas de alambres que se utilizan para cazar. Los habitantes de Oyadao se han dividido entre quienes consideran posible la supervivencia de la niña en la jungla y quienes recuerdan que la selva camboyana está habitada por tigres, leopardos, osos y algunas de las serpientes más venenosas del mundo. Es, además, una zona donde la malaria mata cada año a cientos de personas, sobre todo a niñosLa reeducación de Phoeung es vista por la mayoría de los expertos como un objetivo imposible. Rifá, en cambio, ha tomado el caso con entusiasmo y cree que todavía es pronto para saber con certeza si la joven camboyana se recuperará algún día. "Hay que ver cuáles son los progresos en estas semanas. Quizás algún día nos pueda contar qué le ha ocurrido todos estos años." Al caer el sol en Oyadao, Sar Yo se prepara para otra noche en vela, para vigilar a su hija. . Donanfer
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