Resumo de El Último Día Del Verano

Por Pavel Di Marco

La poesía es el destino que la humanidad ha evadido. La humanidad se ha entregado de lleno a la ciencia y a la tecnología principalmente, se ha dejado seducir, en el mejor de los casos, por la literartura y, sobre todo, en países del llamado Primer Mundo,pues en los demás países apenas si existe la literatura. Ahí impera el hambre, el hambre física,por un mendrugo de pan.Sin embargo, la Poesía está por encima de los hombres, inclusive de los poetas.

La poesía es lo que queda de los vestigios de lo que alguna vez fueron los dioses. Después de los dioses siguen los poetas, luego la nada, quedan humanos sin alma que dembulan en busca de fe, la que jamás han tenido y que esperan encontrar en templos, precisamente en donde nunca aparecerá, porque la fe recide en los corazones con alma.

Lastima que los humanos no lo saben; pero sin la Poesía nada funciona en el universo ni siquirea lo más inmediato como las máquinas. La humanidad adora el dinero para obtener las máquinas y su poder; olvida que surgimos deuna brisna del espíritu, de una equivocación en el gran sistema del cosmos, somos lo que queda de los dioses y nos comportamos, hombres y mujers como verdaderos granujas, traidores de nuestra propiaestirpe y escencia.

De ahi queleer y sentirun poemario como: El último día del verano nos remite a nuestra escencia a nuestra mundo espiritual cuando eramos aquella brisna espiritual quese había multiplicado en millones de millones de almashasta elinfinito, pero que de nada sirve ante el poder de destrucción que tiene la humanidad en todos sentidos. No obsatante, la humanidadno ha podido acabar con todo,casitermina con el paraíso, con el Eden, pero no ha podido con las palabras que dieron forma a las imagenes, que acuden al llamado en cuanto de les conjura como una flor o una gota de agua sobre una hoja verde.

Los grandes escritores estarían perdidos sin la Poesía ¿Qué hubier sido de William Shakespeare, de Miguel de Cervantes Saavedra o para hablar de más cerca, deMarcel Proust o de Lawrence Durrel?, quizás: En busca del tiempo perdido o El Cuarteto de Alejandríaserían sólo aproximaciones de una narración escualida, y esosin mencionar las obras de tantos escritores de todos los tiempos y lugares que serían infinitas.

El destino le da a cada una de las vidas de los humanosuna bolsa llena de diamantes, cada uno es un minutogrande o pequeño que seguramente no valorará, cada uno es único e irrepetible, cada minuto-diamante está lleno de la escencia de lavida y jamás volverá; cada uno está lleno de verano la mejor época de nustra existencia;así que hay que disfrutarlo como si fuera elultimo día del verano.

Por eso, leer, El último día del verano es mirar a la creación poética de lo propios poetas de frente;tanto desus palabras como de sus imagenes. Podermirar de crecasus inquietudes y sentimientoscomo los del poeta Octavio Pazen el momento en quese le quema su biblioteca, olas sensaciones que vive el escritorJuan García Ponce sentado para siempre y sin podermoverse en su silla de ruedas;ver través de la cegura del poeta Rubén Bonifaz Nuño y observarsu misericordia com arma contra la impunidad; Asimismo,retenercon la imaginaciónel mundo que se muere en el dierctor de cineFederico Fellini ysentir el erotismo deLuis Buñuel en el ángel extermindor ; ver la actriz italina Giulietta Masina por medio de su personaje de Gelsomina que se pierde entre los fotogramas; estar enlos hospitales por veinite años y derrumbarse junto con el poeta checoslovaco, Jaroslav Seifert; ver llegar al fantasme que se va a llevar paara siemprea la cantante mexicana de música latinoamericana Amparo Ochoa y padecer de hambre y clamar venganzacon los niños africanos; y por findejar libre elespíritu con el último diamante de nuestra existencia: El último día del verano.

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