El Arte De La España Musulmana: Arquitectura Arabe
(Iglesias)
El arte àrabe en España, y especialmente la arquitectura, es lo que màs contribuyò a despertar admiraciòn y respeto en toda la cristianidad europea por esta cultura. Sòlo a partir de los siglos XI y XIII (apariciòn del romànico y gòtico), cuando ya la España musulmana iba en decadencia, pudieron los cristianos ofrecer un arte equivalente. Pero aùn entonces era frecuente que los reyes y grandes de España recurrieran a los arquitectos àrabes (estilo mudèjar) para contruir palacios e incluso iglesias. El cristiano de estos primeros siglos debìa contemplar la riqueza (wealth) del arte àrabe con envidia y sentimiento de impotencia. El arte mudèjar= el arte musulman pero en tierras cristianes. La arquitectura de insparaciòn àrabe que se desarolla en España muestra una caracterìstica un tanto paradòjica: los materiales que emplea son pobres ( ladrillo-brick; yeso-gyps; madera-wood), pero la ornamentaciòn que con ellos se consigue es de una riqueza incomparable. Una de las caracterìsticas pricipales de todo estilo arquitectònico es el arco que emplea. Pues bien, el arco del estilo àrabe en España es el de herradura (horseshoe, iron), es decir, el que tiene una prolongaciòn o peralte ( inclinaciòn) de la curva del arco por debajo del diàmetro. Lo que es evidente es que este arco no es originario del arte àrabe, sino de la cultura autòctona (para algunos se trata de una imitaciòn de los arcos paleocristianos, para otros tiene su origen en el arco de herradura visigòtico). Pero el arco de herradura del estilo àrabe-español suele aparecer con las piezas o dovelas que lo constituyen alternando en dos colores, rojo y blanco, caracterìstica que se puede observar sobre todo en la mezquita de Còrdoba. Las columnas no son originales, pràcticamente son iguales a las que empleò el estilo visigòtico, es decir, con fuste liso y un capitel de estillo corintio pero muy tosco (grasero). El conjunto de arco y columna, cuando se repite en un segundo piso, suele presentar algunas variantes: el arco puede ser de medio punto, es decir, de media circuferencia, para no repetir la herradura del primer piso; y la columna suele llevar, encima del capitel, un cimacio. Esta alternancia de medio punto y herradura se puede advertir igualmente en la mezquita de Còrdoba, donde aparece repetido innumerables veces. Cuando el estilo àrabe se va haciendo barroco y va perdiendo la sencillez (simplicity) inicial, serà frecuente encontrar arcos que, arquitectònicamente, van perdiendo su funciòn constructiva para ir a una funciòn ornamntal. Aparece entonces el arco mixtilìneo, es decir, el arco compuesto de lìneas rectas y curvas, y el arco lobulado, asì llamado porque consta de curvas còncavas. En el ùltimo perìodo de este arte, el arco tiene una funciòn puramente ornamental. Pero acaso la caracterìstica màs original del arte àrabe, especialmente si dejamos la arquitectura religiosa y contemplamos la civil, sea el aspecto de la decoraciòn de las paredes. El arte àrabe, como, en general, todo arte oriental, està dominado por la idea del horror vacui, el ? horror al vacìo?, por lo que llena las paredes con todo tipo de dibujos. Se pueden enumerar tres tipos de decoraciòn: - La lacerìa o arabesco ( es un dibujo cuyas lìneas de tipo geomètrico se entrelazan hasta el infinito). - El ataurique ( es bàsicamente, igual a la lacerìa por su multiplicaciòn hasta el infinito, pero el dibujo imita aquì formas vegetales). - El tema epigràfico ( se forma como su nombre indica, de letras del alfabeto aràbigo, que en este arte tienen valor decorativo). Es bastante frecuente que todos estos elementos ornamentales se proyecten sobre azulejos ( piezas planas de ceràmica vidriada), elementos que no pueden faltar en el arte àrabe. Otras veces estos dibujos se proyecten sobre yeso (gyps), material tambièn muy empleado (usado). Los monumentos màs cèlebres del arte àrabe en España son la ya mencionada mezquita de Còrdoba; el suntuoso palacio de Medina-Azahara (Còrdoba), que mandò construir Abderrahmàn III en las afueras de Còrdoba en honor de una de sus favoritas, y lujosa contrucciòn parece desafiar (challenge) a la fantasìa màs delirante de ? Las mil y una noches?; y finalmente, la imponenta Alhambra de Granada, muestra de la grandeza y poderìo del reino nazarì y exponente del ùltimo perìodo del arte àrabe, cuando la arquitectura se pone al servicio de la ornamentaciòn y el arte abandona el equilibrio clàsico que hemos advertido en Còrdoba para convertirse en suntuosidad (grandeza) barroca.
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