Resumo de La Mandolina Del Capitán Corelli

Una vez más el tema de la Segunda Guerra Mundial se hace presente en la literatura contemporánea subrayando no sólo la trascendencia del fenómeno bélico sino también la indudable importancia que aquella terrible conflagración tuvo para la vida occidental en las generaciones posteriores al conflicto. En este caso puntual, Louise de Bernières nos propone, desde un ángulo tan poco conocido del conflicto como lo fue la ocupación germano-italiana de Grecia, una visión diferente ?y acaso por ello, novedosa-, de la contienda de sentimientos que surgen entre invasores e invadidos.
La acción de la novela tiene por escenario la isla de Cefalonia en cuyo bellísimo paisaje desarrollan su existencia los habitantes de una aldea milenaria. La vida cotidiana de los pobladores se ve súbitamente perturbada por el arribo de tropas alemanas e italianas. Entre los soldados fascistas destaca inmediatamente la figura del capitán Antonio Corelli quien, junto con sus arreos de combate, porta una mandolina.
Desde este preciso instante, la autora impone un tema que más adelante se revelará como el eje argumental de toda la obra y que no es, en suma, más que una variante de la tradicional oposición de la destrucción y el caos que implica la guerra y los valores que desde el arte (en este caso, la música), dignifican la vida y la paz. Corelli no es otra cosa que un humanista. Un hombre sensible con vocación de artista al que las circunstancias han llevado a convertirse en un hombre de armas pero que no por ello ha abandonado su esencia.
Este rasgo distintivo de su carácter queda de manifiesto desde el comienzo de la narración: desdeñando los alcances del poder que le concede su rol de miembro de las fuerzas de ocupación, prefiere insistir en que su presencia y la de sus tropas en la isla, será más de amigos que de invasores. Desde esta posición es que se enfrenta a su más robusto oponente, el doctor Iannis, cuya profesión de médico lo coloca en la comprometida situación de ser, a la vez, el enemigo y el mejor interlocutor de sus tribulaciones.
Como consecuencia de la política de ?ocupación cordial? que los militares italianos siguen, Corelli es huésped obligado de Iannis quien comparte la casa con su hija Pelagia. La autora dobla la apuesta y da complejidad a la trama en cuanto sugiere que Corelli queda prendado de la belleza de la joven primero y de sus valores humanos más tarde. Se pone entonces en juego una intrincada gama de sentimientos que de circunstancia en circunstancia, irán enriqueciendo un argumento que atrapa desde la primera línea.
La mandolina del capitán Corelli es una novela dinámica de múltiples matices que sorprende muchas veces con finos trazos de humor, un discreto dramatismo siempre en segundo plano, escenas de extraordinaria ternura, diálogos muy inteligentemente planteados y una atmósfera original en la que no dejan de plantearse conflictos profundamente humanos que la realidad de la guerra no hace más que subrayar en sus consecuencias y en sus causas y justificar en sus resoluciones como propios de la existencia del Hombre.

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