El Código Da Vinci Y Su Legado (iii)
(Soara)
<La mujer y el concepto de Dios han sido fundamentales para el progreso de la sociedad humana, pero la historia de ambos difiere mucho de lo que nos han contado. Los conocimientos arqueológicos, históricos y etnográficos actuales indican que la mujer prehistórica no estuvo sometida al varón sino que, por el contrario, las comunidades de nuestros antepasados dependieron de su triple función como procreadora, organizadora y productora. Desde que comenzamos a evolucionar como homínidos hasta el inicio de la era agrícola, el desarrollo de las estructuras psicosociales y adelantos técnicos que posibilitaron la civilización fue obra de mujeres. ¿Y qué decir de Dios? Hace unos 30.000 años aún no existía, pero su concepto tomó vida y forma al tiempo que los humanos desarrollamos el pensamiento lógico-verbal; de hecho, bajo el proceso de maduración del uso del lenguaje en los niños puede verse todavía el sustrato básico del concepto de Dios. En cualquier caso, las pruebas arqueológicas muestran que el primer «Dios» generador/controlador fue concebido y reconocido como mujer durante más de 20.000 años y que no hubo más divinidad que la Gran Diosa hasta que, entre el VI y III milenios a.C., por necesidades socioeconómicas, apareció el concepto de Dios varón. La agricultura excedentaria provocó la derrota de la mujer y de la Diosa a manos del varón y del Dios; y la sumisión se impuso así en la tierra como en el cielo. La documentada investigación que se plasma en este libro aporta respuestas coherentes a preguntas trascendentes y hará ver de otro modo a la mujer, al hombre y a Dios.> 2º A los que por creencia histórico religiosa y posesión de grupo, entienden fe, sin observar que ésta, no encadena la imaginación ni mantiene un prejuicio irrazonable hacia los descubrimientos de la investigación, como lo hace aquella al trasmitir una enseñanza producto de un proceso unilateral y por lo tanto interesadamente selectivo, El Código Da Vinci les lega la evidencia de que aun se encuentran dentro de la primera fase de la evolución religiosa, donde, producto del transito por un sendero de sometimiento a la tradición y cuyo principal detractor irónicamente fue Jesús, lo máximo que se logra es una simple sensación de conformismo y resignación. Cuantos de nosotros, arropados por la inercia intelectual pese a ser conscientes de los grandes vacíos que contiene la ?historia oficial? de la vida de Jesucristo, sabíamos de la existencia de otros evangelios que falsos o verdaderos también a nosotros nos correspondía y aún nos corresponde calificar. Cuantos de nosotros, también cobijados por la apatía y la desidia, sabíamos que los evangelistas Marcos y Lucas, autores de dos de los cuatro evangelios que hoy se consideran como únicos canónicos por la Iglesia Católica, fueron martirizados durante el pontificado de San Lino Tuscany (67-76), segundo Romano Pontífice. (véase www.aciprensa.com, Agencia Católica de Informaciones en América Latina, asociación educativa sin fines de lucro vinculada a la Iglesia Católica) 3º A la Iglesia Católica como mayor damnificada, ?El Código Da Vinci? le deja la prueba irrefutable de la veracidad de muchos dichos populares, entre los cuales a la perfección le quedan: - No hay enemigo pequeño y - El que no hace los goles los ve hacer, a propósito del mundial. Ciertamente, no obstante que desde hace muchos años vienen apareciendo libros que de una u otra forma tratan el tema del Santo Grial junto con la ignorada religión de la diosa, lo cierto es que un minúsculo e imperceptible libro de bolsillo editado en 1967 ?Le trésor maudit? de Gérard de Séde, para matar el ocio durante una vacaciones llamó la atención de Henry Lincon, escritor para la televisión. Pues bien, dicho librillo, evidentemente, se transformó en una pequeña bolita de nieve para terminar hoy en la avalancha del Código Da Vinci. Y llamó tanto la atención de Señor Lincon aquel escrito, que habiendo concebido inicialmente un documental con base en los relatos allí contenidos, pasó a trabajar en un cortometraje pero terminó haciendo tres películas largas para Chronicle de la B:B.C: The Lost Treasure of Jerusalem (1972), The Priest, the Painter and the Devil (1974) y The Shadow of the Templars (1979). En el entre tanto de las dos ultimas películas, conoce a Richard Leigh y éste le presenta a Michael Baigent y los tres escriben el popular libro ?El Enigma Sagrado?, base investigativa indudable del C.D. aunque Dan Brown lo niegue, incluso, pese a citarlo como Bibliografía.
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