Resumo de El Tiempo No Es Nada - Audrey Niffenegger

De no haber más que un libro de ciencia-ficción para leer, este sería "El tiempo no es nada". Libro brillante, innovador, que emerge de caminos en ruinas, para contarnos la historia de un hombre que padece un mal desconocido, un mal ni siquiera descubierto, parecido a la epilepsia, que tiene la particularidad de proyectarlo hacia el pasado o el futuro, y hacia los lugares más incongruentes e imprevistos, todo ello dentro del más simple aparato. Las crisis de enfermedad que habrá de vivir este hombre comienzan cuando es sólo un joven. A partir de entonces, ellas habitarán en él y él con ellas. Existe además un aspecto oscuro en este personaje, debido al influjo de la delincuencia y lo ilegal, con lo cual, por fuerza, coquetea, a fin de alejarse de entornos extenuantes, comprometedores, y algunas veces de peligro. Aquí se encuentra todo lo demás: ¿Cómo no modelar su propio futuro cambiando el pasado? ¿Se tiene el derecho para hacer tal cosa tan sólo porque se puede? ¿Y qué sucede con el concepto de lo lineal de la realidad (o de la irrealidad) temporal? Más allá de estas interrogantes existenciales con las cuales se debaten los protagonistas, "El tiempo no es nada" conlleva así mismo una formidable historia de amor entre dos seres, que se encuentran, se aman y crean mutuamente sus destinos con la finalidad de fundirlos en uno solo. El personaje principal hallará su esposa cuando ella tiene seis años y desde ese momento, la maquinaria ineludible del amor, la alquimia entre estos dos seres se pondrá en marcha. Será así que ella, ya mayor, tanto lo influenciará, que él irá en su busca hasta esa época donde aún no la ha conocido, y la moldeará, pero rehusándose a ejercer un efecto decisivo en sus elecciones. Los primeros capítulos nos sumen en una deliciosa sensación de incomprensión. Nos preguntamos si entendimos bien las fechas indicadas, las edades de los personajes, el vínculo que los une. Con el devenir de las páginas aparece esa realidad improbable donde se teje la intriga de los protagonistas, intriga que podemos seguir paso a paso hasta el final, pero ¿cuál es el final? Para ellos y para el amor que los une nada es más cierto que la oración con la que se titula el libro, así como sería de cierto para nosotros, si nos preguntáramos, frente a nuestros destinos, si el tiempo no es nada. Finalmente, si buscáramos una falla en la construcción del libro, entonces perderemos el tiempo, pues está solidamente hecho, meticulosamente arreglado, en él autor emerge como un fenómeno que no falla bajo ningún pretexto. ¡Existen demasiado pocas obras hermosas e inteligentes como para dejar caer esta en la indiferencia!

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