LOS DEMONIOS DE LOUDUN-ALDOUS HUXLEY
RESUMEN
?Los Demonios de Loudun? se publicó en 1952.Es una de las últimas obras de Aldous Huxley. Un ensayo, casi novelado, que suma, AL análisis, información en increíble calidad y cantidad. La obra es una historia real. Los hechos, los personajes y la época contienen genuinos elementos de la vida y circunstancias humanas.
Siglo diez y siete. Francia está por ser el epicentro del mundo. La ciencia y el arte recogen el impulso del Renacimiento dando frutos sorprendentes y esperanzadores, empero, la lucha económica y política entre la naciente burguesía, los rescoldos del poder feudal y el absolutismo monárquico mantiene el atraso social.
Mientras los sabios avanzan en la concepción e interpretación de la naturaleza, la superstición sobrevive en buena salud y, muchos de ellos, religiosos, no se liberan de la magia, la hechicería y la amalgama de mitos cristianos y paganos por los que, aún lo más ilustrados, rigen parte de los actos de sus vidas.
Loudun es en la época, una aldea de Francia en que predominaban la aguja de la Iglesia gótica y el Torreon del Castillo. El poder religioso y el poder político medieval se expresaban en esas construcciones como estorbos condenados a desaparecer..
Este fue el paisaje que visualizó Urbain Gravier cuando llegó a Loudun, nombrado párroco de San Pedro. Dada su cultura, su conocimiento de los clásicos, amplio repertorio literario y elocuencia, el párroco accedió al círculo respetable de la aristocracia local, cerrado para quienes eran considerados plebeyos enriquecidos. Todavía el poder de la prosapia dábase el lujo de ignorar el mero poder del dinero.
La moral es laxa. Las exigencias de la religión y las costumbres se violaban justificándose con elaboradas teorías.. En esta cuestión, Urbain Gravier era un maestro consumado, abusando, con arte, de la casuística para defender o justificar con sutilezas especiosas ideas o acciones malas.
Propulsado por una egolatría extrema, el párroco se dispuso a gozar lo más posible de su talento, su posición y su belleza. Sus sermones conmueven a los fieles y atemorizan a cualquiera que considerara un enemigo. Iguales ventajas le permitieron ser cómodo consuelo para viudas, y alternativa sentimental y sexual para jóvenes aristócratas románticas o sin esperanzas casamenteras. Gravier quería lo mejor del cielo y de la tierra.
Gravier era un rayo atravesando el cielo gris de una sociedad sin luces, atrayendo odios y envidias que tallaban su propia lápida. Cuando embarazó a su discípula, Phillippe, abusando de la confianza del padre, el Fiscal Público, Trincant, cruzó una frontera sin retorno.
Las lúbricas aventuras del párroco se filtraban a las estériles alcobas de las diez y siete monjas ursulinas del convento local. La priora, Jeanne des Anges, había alcanzado el puesto gracias a su aplicada hipocresía. Cultivaba la teología mística para ser aceptada como ejemplo de devoción cristiana. Encumbrada por su erudición tomaba del mundo exterior los pecaminosos frutos de la maledicencia pública. Se empezaba con un análisis de Las Confesiones de San Agustín y una vez más, comentaba las hazañas del fascinante y abominable Gravier, objeto secreto de sus delirios sexuales.
La priora intentó consagrar a Gravier su consejero espiritual. No tuvo éxito. El rechazo generó odio. Nombró al padre Mignon, enemigo jurado de Gravier. Mignon aceptó como regalo del cielo las quejas de la priora denunciando al párroco de aparecérsele como un íncubo, urgiéndola a pecar. Otras monjas alegaron lo mismo y, al final todo el convento imaginaba rebuscadas orgías con el párroco.
Mignon afirmó que tales fenómenos provenían del Demonio, amo de Urbaín Gravier. Las monjas se aterrorizaron.. Mignon no daba abasto con los exorcismos .Los padres carmelitas convocaron a procesiones populares, convirtiendo las sesiones de exorcismos en un circo donde las monjas se sometían, públicamente, a toda clase de indignidades.. Confundidas ya no sabían si simulaban o eran realmente poseídas.
Generado un conflicto político de dimensiones nacionales Richeliu interviene. Es preciso terminar con el escándalo: Gravier es sometido a juicio por hechicería.
Es un catálogo de malas prácticas. Se compran testigos. La acusación tiene por pruebas irrefutables las declaraciones de un lote de mujeres histéricas, frustradas y sin vocación religiosa. Arrepentidas de sus acusaciones se argumenta que Satán las inspira. Las pruebas de posesión son ridículas, acrobáticas, circenses. Los médicos se niegan a avalarlas. Los jesuitas las reprueban, pero el rey los obliga a intervenir.
Los exorcistas fracasan con el mismo Gravier. Este, aún sometido a horribles torturas, niega su asociación con el Demonio. Admite sus pecados, pero no abjura de Dios. Al contrario, contrito recupera su piedad. Es el Demonio que le insensibiliza al dolor. Con esta lógica, no hay salida. El hombre ha de ser condenado. Razones de Estado, el deseo de venganza de sus enemigos y una falta absoluta de justicia lo llevan a la pira en nombre del sacrificado del Nuevo Testamento.
Sor Jeanne de Anges obtuvo la relevancia deseada. Heroína rescatada del Demonio, era paseada por las cortes europeas. Nunca reveló que en el juicio había confesado su remordimiento y arrepentimiento por sus simulaciones relevando al párroco de toda culpa. Eran más cómodas las explicaciones de los exorcistas que hacerse cargo de la injusticia. Satán hacía maravillas.
La historia de los Demonios de Loudun tienta a pensar que estos hechos, tan remotos, no son ajenos a nuestros propios tiempos. La manipulación de la verdad en nombre de intereses superiores, aunque se condene a inocentes, sigue siendo un estimado instrumento del poder.
Omar G.Barsotti ? elomar
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