La Noche Boca Arriba
(JULIO CORTAZAR)
Un hombre sale con su motocicleta temprano en la mañana dejando atrás la ciudad. al entrar en la belleza del paisaje sombreado por árboles y frío viento, comienza el verdadero paseo que disfrutaba. Sin embargo y sin querer, una mujer cruza la calle sin permitirle algún desvío o freno. Alcanza a escuchar el grito de la mujer cuando cae sin conciencia. Al volver en sí, captó entre bromas, opiniones y sugerencias de auxilio de la gente que lo socorría, que a pesar de las nauseas que tenía, el gusto a sangre y el dolor de su brazo derecho, se encontraba bien, y según lo que escuchó, la mujer también, pues apenas había alcanzado a tener rasguños. Al llegar la ambulancia, entró en todo un movimiento hospitalario que finalmente lo llevó al pabellón de operaciones. Se olvidó de sí mismo cuando entró en un profundo sueño lleno de sensaciones y aventuras nuevas. Era un moteca (precolombino enemigo de los aztecas) que huía de ellos porque estaban en guerra. Era tan vívido el sueño que llegaba a saltar en medio de la operación. Corría en su mente por la selva, tanteaba el piso para no caer en las ciénagas y se sentía constantemente amenazado con los gritos que escuchaba de sus enemigos. Al despertar saboreó una deliciosa sopa, mejor que un banquete delicado, para pronto volver a caer en ese olor a guerra, en esa huída de los carnívoros que le perseguían, en ese agitar del tiempo entre el bosque pantanoso y la luna llena que reflejaba un camino más seguro. Regresaba otra vez del sueño a su camilla en la sala del hospital, con voces que decían que se movía producto de la fiebre. Saltando otra vez al sueño infernal, captó que sus adversarios le habían capturado y estaba encadenado en una celda helada y húmeda de espaldas en el piso. Los sacerdotes aztecas lo vendrían a buscar para lograr el sacrificio humano que se llevaba siempre a cabo en las ?guerras floridas? de aquellas épocas olvidadas, donde los dioses del firmamento y de la tierra exigían sangre humana (de los enemigos) para calmar sus iras. Fue llevado con fiereza a la cama del sacrificio, pero el hombre con lucha lograba apretar los párpados para desvelar el sueño y mantenerse despierto en su camilla del hospital, donde podía sentirse a salvo mientras no volviera a caer en la agonía del sacrificio. Finalmente cedió, se abandono en la fiebre y en el misterio oscuro de la noche, donde la fatalidad lo tenía tendido en la cama sacerdotal del sacrificio. Trató de despertar, no pudo, y de pronto vio que el sueño no era sueño, era una realidad de la cual no se podría librar. Vio que el sacrificio era inminente, por más que trató de despertar y volver al hospital, era imposible, su destino era ese, la muerte en manos de sus enemigos aztecas. La cruda realidad entonces, era que el hombre de la motocicleta era un sueño del indígena que corría por su vida. Pero en realidad, nunca quedará claro cuál de los dos era verdaderamente, el que soñaba.
Resumos Relacionados
- Sueños
- La Noche Boca Arriba
- La Parábola De El Sueño De El Rey
- Falsas Esperanzas
- Viaje Al Mundo De Los Sueños
|
|