Resumo de El Extranjero - Henry Milmonos

El Extranjero. De Albert Camus.
De principio hay que aclarar que en lengua española esta novela viene siendo traducida por El extranjero aunque hay quien defiende en recientes traducciones, que la interpretación real del título francés se correspondería más con la de El extraño, que es también como se conoce en otros importantes idiomas. Sus razones lingüísticas tendrán, pero ambas son sin duda válidas o acertadas, porque Al asomarse a este intenso relato se comprende que el protagonista, Meursault es, de principio a fin, una persona de honestidad apabullante, un hombre de su tiempo y de alguno más. Ciudadano francés en una colonia, oficinista que gusta de complacer sus deseos en el momento en el que nacen, a la vez que tremendamente racional y buen observador, amante del soleado ocio argelino, del mar, de la piel de la mujer, de la pasión y de la buena siesta, intercalando con su día a día, el monólogo interno en primera persona para desmenuzar los detalles del personaje que nos habla. Hasta aquí se contempla sólo al hombre, al extranjero de costumbres extrañas para la mayoría nativa, que se relaciona lo justo sabiéndose parte de un bando. Con la plenitud vital al alcance de la mano, con un posible ascenso laboral en París, y sobre todo en forma de una bella mujer, Marie, con la que estabilizar su vida lejos del desorden y de la soledad acostumbrada. Y la vida resbala impasible dejándonos ver como la normalidad más radical, aquella en la que ningún dios ni ninguna imposición social, ni ornamento, tienen sitio, descubre ese extraño que es un Meursault caído en desgracia. Su desdicha nace de la inocencia que se torna corrosiva para uno mismo al entrar en contacto con la realidad y en la visión desgraciada, se contemplan las profundidades incomprensibles que alcanza un desarraigo que puede ser clasificado como total. Una vida sin raíz, ni en una patria, ni en un semejante, ni en una fe, deriva en la confrontación del individuo con el mundo. Más que por ninguna otra razón será condenado por ello.En definitiva, Albert Camus valiéndose de un estilo sencillo, que salpica de árida poética, forja una vasta reflexión sobre el individuo sin artificios, esclavo de la razón, y en mí opinión también sobre la honestidad, y con esta escasa materia prima construye una de las más grandes novelas del Siglo XX.

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