La Segunda
(Colette)
La generalización, siempre
peligrosa, encuentra una de sus cumbres en esa grosera
etiqueta de la ?literatura femenina?. Sin embargo, sí
que
es posible rastrear un terreno común que, sin
pertenecerles
en exclusividad, parece ser muy querido a las mujeres
narradoras: el pequeño círculo de relaciones humanas,
los
sentimientos, las intuiciones, la intimidad en sordina.
Ejemplos por lo demás disímiles como Rosa Chacel, Mercé
Rodoreda, Françoise Sagan, Simone de Beauvoir o
Marguerite
Duras parecen avalar esta tésis. A este
ámbito ?doméstico?,
de unos pocos elementos que crecen ?hacia adentro?,
pertenece también esta novela de Colette, que ahonda no
sin
ironía en la figura del ?genio?, del hombre de letras
célebre, desde la visión de la mujer condenada a sufrir
cotidianamente su ?genial? temperamento. La historia
humana
es pródiga en ejemplos de grandes creadores tras cuyo
halo
fascinador se ha escondido una cotidianeidad
insoportable,
y además de entre todas las artes, quizás es el teatro
la
que goza de peor fama desde el punto de vista de la
moralidad convencional. Colette asume estos clichés
para
desmontarlos en parte a través del personaje de Fanny,
esposa del ?Gran Farou?, renombrado autor dramático, e
investigar con melancólica agudeza los bastidores de
una
dinámica humana singular y enrarecida.
Colette describe esta isla humana con un estilo
sensual y ágil, lleno de bellezas, de una penetración
envidiable que muy pocas veces cae en el efecto
retórico.
Fanny irá poco a poco despertando a la realidad de ese
hijastro que no crece, a la injusticia a la que se ha
ido
habituando, a los movimientos subterráneos de una vida
familiar que se quería estable, inmutable. El cambio,
tanto
tiempo postergado, acabará por precipitar de una
original
manera, en algo que podría llamarse ?trauma sin
fractura?.
Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, reza
el viejo adagio. Fanny es en muchos sentidos (no todos
complacientes) esa gran mujer, esa ?segunda?. La
palabra
del título se abre además a otra interpretación sobre
la
que no se puede entrar en más detalles sin revelar el
tremendo final, vertiginoso, extendido con maestría
hasta
rozar las lindes de lo sobrenatural.
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