Resumo de Ampliación Del Campo De Batalla

El narrador y protagonista es un ejecutivo informático de 30 años, que gana 2,5 veces el salario mínimo y tiene buenas perspectivas en su empresa, pero depresivo, "sin belleza ni encanto", lleva dos años sin relaciones sexuales y no encuentra vía de comunicación con las mujeres. Se siente radicalmente descontento con el mundo en que vive, aunque no parece que lo encuentre injusto u opresivo, sino zafio y gris (la publicidad le fastidia especialmente), y lo que sobre todo parece angustiarle es la ausencia de belleza física en las personas, el envejecimiento y la muerte. Tiene un amigo de la infancia que es cura, que le reprocha su soledad y le dice que su solución está en Jesús y en aceptar su naturaleza divina, pero él es incapaz de creer en ello. Puesto en cuestionamiento en su empresa, es enviado casi como un castigo a impartir unos cursos de informática por provincias, junto a su compañero Tisserand, aún más feo y con mayores represiones sexuales que él, virgen con 29 años y bastante acomplejado.
En Rouan nuestro protagonista sufre un pequeño problema cardíaco y tiene que pasar unos días ingresado, aunque se repone. Luego, en otra ciudad, La Roche-sur-Yon, pasa la nochebuena en una discoteca con el cada vez más deseoso de sexo Tisserand. Los intentos de ligue de éste fracasan y en cambio, observa que una de las chicas más monas del local se deja ligar con toda facilidad por un atractivo mestizo. El protagonista, que lleva a propósito un cuchillo en el coche, incita a su compañero a que tome venganza (¡Estrénate con un negro!, le dice), después de decirle crudamente que nunca va a salir de su represión y que le va a tener marcado toda su vida. Tisserand toma el cuchillo y se va detrás de la pareja. Los observa desnudarse y se masturba al ver que la chica se agacha a chupársela al chico, pero es incapaz de atacarles. Esa misma noche Tisserand sufre un accidente de coche mortal.
De vuelta en París, el protagonista va ahondando su depresión. Un día no puede evitar echarse a sollozar ante un cliente y otro día le da un par de bofetadas a una compañera. Ingresa en un psiquiátrico, lo que sabe que acabará por provocar que le despidan y le expulsen del frío mundo empresarial que siempre ha mamado. Allí es tratado por una psicóloga que le intenta animar a relacionarse con el mundo, aunque, como él le pide que se acueste con él y ella dice que no es ése su papel, no vuelve a verle. Poco después sale del establecimiento y vuelve a ver a su amigo cura, quien le confiesa que se ha estado acostando con una enfermera que vino a confesarle que en su clínica se aplicaba arbitrariamente la eutanasia, y le dice también que está perdiendo la fe. En el último capítulo, el protagonista se tranquiliza saliendo de excursión y montando en bicicleta, pero da la impresión de que todos sus males permanecen igual.

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