El Pasado
(Alan Pauls)
Rímini, traductor bonaerense de treintaitantos, recibe en uno de sus cumpleaños un mensaje lleno de reproches de su ex esposa Sofía, acompañado de una foto tomada ante el cuadro del pintor favorito de ambos, Jeremy Riltse, en un viaje que hicieron a Europa durante sus doce años de convivencia. En flash back conocemos la tranquila vida marital que ambos habían llevado, su perfecto entendimiento desde que se conocieran en el instituto y cómo, por lenta decadencia y sin convulsiones, deciden separarse de común acuerdo. Rímini comienza a convivir entonces con Vera, diez años más joven que él y bastante celosa, y a interrumpir cada vez con mayor frecuencia su trabajo con cocaína y masturbaciones en cadena. Sofía parece llevar muy mal la separación, así como los desplantes que le hace Rímini y la despreocupación del hombre por mantener una mínima relación de ex, y reacciona dejando constantemente mensajes amargos en el contestador del hombre y enviándole cartas (a veces a través de familiares o amigos) que suelen ir acompañadas de alguna de las fotos de infancia del hombre que él no quiso ir a retirar en el momento de la separación. De vuelta al presente, se nos narra el enamoramiento de Rímini de una ex compañera de clase, Carmen, en el curso de un seminario al que también asiste Sofía ?que siempre encuentra modo de reaparecer aunque sea fugazmente en la vida del hombre? y donde también aparecerá Vera. Al descubrir a su novio besándose con Carmen en plena calle, Vera sale corriendo y tiene un accidente mortal. Rímini y Vera comienzan a convivir y tienen un hijo. El día del nacimiento de éste, en el mismo hospital, Rímini se encuentra con Sofía, quien visita a una amiga. Poco después, a instancias de Carmen, Rímini llama a Sofía para agradecerle el envío de un regalo para su hijo y no puede evitar fijar una cita con ella, a la que acude con el bebé en su cochecito. Sofía se encuentra más deseosa de él que nunca y le pide directamente que se acueste con ella en un hotel casi a modo de limosna. Rímini acepta, pero en el ascensor del hotel el cochecito se atora y Sofía tiene una reacción histérica que hace que el hombre desista. Cuando se alejan en un taxi, Rímini tiene la necesidad de bajar a comprar cigarrillos para fumar después de mucho tiempo y cuando quiere regresar, Sofía se ha marchado con el bebé, al que dejará horas más tarde junto con otra de sus notas en la casa que Carmen comparte con Rímini. Como consecuencia de este incidente, Carmen pone a Rímini en la calle y consigue que los jueces le prohiban ver al niño. Rímini cae en un principio de depresión, abandona su trabajo y se dedica a impartir clases de tenis. Mantiene fugaces encuentros sexuales con una alumna suya, Nancy, que no tiene otro interés en él que el puramente carnal. Movido por una ansiedad que los mecánicos encuentros con su alumna no consigue satisfacer, Rímini da en llamar por teléfono a Sofía en el preciso instante en que acaban de ingresar al padre de ella por un infarto. Tras tener una conversación con el enfermo en la cama del hospital, en el que éste le da un recado para una amante secreta, el nerviosismo de Rímini parece multiplicarse. Entra violentamente en la casa de Nancy y la obliga a copular con él y a continuación, cuando ésta le paga las clases y le despide, le roba de la pared un cuadro de Jeremy Riltse. La policía va a buscarle a su casa y le hace pasar la noche en comisaría, donde fantasea con el recuerdo de una profesora y la huella que ha dejado en él el descubrimiento de la amante del padre de Sofía. Será Sofía quien vaya a sacarle de la cárcel para iniciar una nueva etapa con él. La mujer le dice que lo estaba necesitando, que en realidad su reacción de robar el cuadro era una manera de expresar su deseo de estar con ella. Y vencedora, le lleva casi como trofeo al Club Adela H. de Mujeres que Aman Demasiado al que pertenece. El argentino Alan Pauls basa su novela en una prosa muy fluida, sin barroquismos ni retóricas y con expresionesoriginales en muchos casos; lastrada, no obstante, por su abuso de largos paréntesis entre rayas y por la longitud y complejidad mal resuelta de algunas frases, así como por el exceso de muletillas coloquiales argentinas, como el omnipresente Justo recién... Lo peor es que ni el argumento, ni la caracterización de situaciones y personajes justifican la verborrea de 550 páginas de cotidianidad en las que el lector se siente prácticamente encerrado y sin recompensa en el anodino punto de vista de un alter ego del autor. La trama resulta una especie de mezcla del argumento base de la película hollywoodense Atracción fatal con una poco lograda versión del método de evocación proustiano y ni siquiera se muestra una mínima habilidad para dar relieve a los momentos supuestamente claves de la historia, de manera que la novela se convierte en un monótono transcurrir de cotidianidades mejor o peor evocadas que no puede menos que llevar al lector a la monotonía y, después de unos cientos de páginas, incluso a la indignación.
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