Resumo de Menores Al Por Mayor Xiv

Continuación...
Y en voz muy baja, casi en secreto, mientras distribuía los platos y cubiertos sobre la mesa, agregó:
-Me la mandó un tiempito, porque parece que allá se está metiendo en problemas la gurisa"...
Carola me observaba Con inocultable interés a unos 4 metros de distancia. No decía nada y de reojo miraba el televisor que estaba encendido...
-Saludá al señor, maleducada, le dijo su abuela.
Y Carola, haciendo una leve reverencia, me dijo
-Buenas noches, señor.
-Buenas noches, Carola, le respondí... ¿Te interesa la televisión?...
Y ella, encogiéndose levemente de hombros, contestó
-Y... Sí... En el campo no tenemos televisión, ni radio, ni nada...
-Bueno, si tu abuela no se opone podés quedarte. Dentro de un rato en el canal siete van a dar una película.
-De ninguna manera... -se apresuró a intervenir la abuela- No quisiera que esta mocosa se ponga a molestarlo.
-Usted me conoce bien Ramona y sabe perfectamente que si la nena hace algo indebido la pongo de patitas en el patio. Pero vamos a hacer algo mejor, ponga un plato más, la invito a cenar a Carola, así mientras tanto, disfruta de la televisión que nunca vé...
-Usted siempre tan amable patrón... Pero quedamos así, apenas no se comporte me la manda rapidito para las casas...
-Trato hecho... vaya tranquila...
Carola, mientras tanto, esbozaba una enigmática sonrisa que en ese momento no comprendí. Su rostro no era el mismo que cuando entró al comedor. Ahora estaba como feliz, contenta, que se yo, algo había cambiado en su expresión.
-¿Escuchaste bien Carola?.. le dijo Ramona. Apenas te salgas de la línea el patrón te echa.
-¡Sí abuela!... refunfuñó la niña.
Durante la cena casi no miró televisión. Parece que el noticiero del canal mucho no le interesaba, Prefería conversar. Se había tornado extremadamente extrovertida. Se volvía hacia la pantalla sólo durante los cortes comerciales. Los spots publicitarios sí que verdaderamente la atraían. Me contó algunas cosas, por ejemplo, que su papá había muerto cuando ella tenía cuatro años y no lo recordaba. Es como si nunca hubiera tenido papá, se lamentó.
-Cuántos años tenés ahora... le pregunté.
-La semana que viene voy a cumplir doce.
-Te voy a hacer un lindo regalo, le anticipé, sin ningún interés solapado, te lo aseguro.
Mientras comía siguió contando. Ella era consciente que la madre la había fletado del rancho en que vivían solas porque no la dejaba tener novio y, además, porque la había sorprendido detrás del gallinero con el Mario bajándole la bombacha.
-Pero vos sos muy chica todavía. ¿Para qué querés tener un novio?..
-¡Y!.. ¡Para hacer lo mismo que hace mi mamá cuando vienen esos hombres a visitarla y se quedan un ratito adentro el rancho y a mí me mandan afuera...
-¿Vos ya hiciste lo mismo que hace tu mamá con esos hombres?...
-¡No!... ¡Todavía no!.. Pero me gustaría hacerlo, porque si mi mamá lo hace tres o cuatro veces por día debe ser lindo.
-La cosa no es como te imaginas querida... ¿Sabés que es lo único que querrá tu novio?... A ver... ¿Qué edad tiene el tal Mario?..
-Tiene cómo 18...
-¡Ves!... Es como yo digo. Mario seguramente no te quiere, y solo te bajó la bombacha para que tengas tu primera relación sexual con él, para lastimarte, hacerte sangrar en medio de un gran dolor y después de hacerte doler dos o tres veces dejarte, abandonarte con otro dolor mucho más grande y... a lo mejor, con un bebé dentro de tu pancita. Y luego vendrá otro Mario y otro y otro y otro. Ya no tendrás más dolor, pero todos fingirán quererte con el mismo objetivo. El de satisfacer sus instintos, nada más... ¿Cómo vas a terminar?.. ¡Cómo tu mamá!.. Mandando a tus hijos a jugar al patio cada vez que un hombre te venga a visitar...
La conversación fue interrumpida por la llegada de la abuela.
-¡Vamos a dormir, Carola!.. Le ordenó.
Yo intercedí. Le explique que la película de las diez estaba por empezar, viene después de los jingles...
Porque antes se decía así. ¿Te acordás?... ¡Qué lindos que son tus dientes, le dijo la luna al sol.... Ja Ja Ja!. Perdón por el recuerdo comercial Calderón.
-¿Y a que hora termina la cinta patrón?.. Preguntó Ramona.
-Alrededor de las doce o doce y media.
-¡Noooo!.. Es muy tarde. Yo estoy muy cansada de trajinar todo el día... Vamos Carola -repitió...
-Vaya tranquila a descansar Ramona. Cuándo termine la película yo se la alcanzo... o mejor todavía, pensándolo bien, que se quede a dormir en el cuarto de huéspedes. ¿Está limpio y en orden?...
-Sí patrón... Pero no sé... ¿No es mucha molestia?..
-Vaya tranquila, vaya tranquila... no es ninguna molestia... pero antes, si me hace el favor, eche un par de leños al hogar, ha refrescado un poco. Y no se preocupe por su nieta que se está portando muy bien.El brillo de los ojos negros de Carola se acentuó y sonrió de tal manera que dos atractivos oyuelos circulares se dibujaron a ambos lados de su boca. Yo acompañé a la casera hasta la puerta y corrí el pasador. Poco después empezó la película... era de terror...
Continúa

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