Resumo de Eugenia Grandet - Honoré de Balzac

En la campiña francesa, zona dedicada al cultivo de vides, un tonelero con gran visión comercial y astucias diversas logra escalar posiciones económicas y sociales increíbles. Esta historia comienza a fines del siglo XVII y se desarrolla en el siguiente, con la máxima prosperidad del Sr. Grandet, en la población de Saumur. Su avaricia desmedida se manifiesta en todos los ámbitos, incluso en su hogar, donde su esposa y su hija, Eugenia, viven en la mayor de las pobrezas pero aceptando con naturalidad este régimen asceta. Dos pretendientes de fortuna aspiran a casarse con Eugenia estimulados por la ambición.
De pronto la llegada de un primo, Carlos, hijo del hermano de Grandet, de París, transforma el ambiente de la casa, con su apariencia y modales elegantes. Es muy joven, de la edad de Eugenia, y trae una carta para su tío, cuyo contenido ignora. (Su padre está al borde de la quiebra y ha decidido suicidarse para poner a salvo su honor ante los malos manejos de su gente de confianza). En la carta, Grandet de París también apela a la piedad de su hermano para que se haga cargo de enviar a Carlos a la India, para que intente de rehacer su fortuna a través del comercio, y le pide negociar con los acreedores el pago de sus deudas. Grandet no tiene la menor intención de cumplir con el pedido del hermano, pues su codicia es mucho mayor que su afecto fraternal.
Un aviso en el periódico de ese día da cuenta del fallecimiento, y es allí donde Carlos se entera, por su tío, de lo que su padre le había ocultado. Su desesperación ante la pérdida del padre no tiene consuelo, y atrae la piedad de las mujeres de la casa, en especial de Eugenia, que ha comenzado a enamorarse de él. La ternura que recibe Carlos le produce un noble sentimiento, y ambos terminan prometiéndose casamiento para cuando él regrese de la India. El joven liquida sus bienes personales, paga sus deudas particulares y parte.
Mientras tanto Grandet, cuya ambición no tiene límites, comienza a negociar el pago de los acreedores de su hermano dilatándolo lo más posible y lucrando con los bienes existentes. Pasan los años, y ha logrado reunir una fortuna desmesurada, aunque continúan viviendo en la mayor pobreza.
Eugenia ignora totalmente los manejos inescrupulosos de su padre, a quien respeta hasta el terror. Todos le temen en la casa, y la salud de su esposa comienza a desmejorar cuando Grandet descubre que Eugenia ha entregado sus ahorros en monedas de oro, a su amado Carlos antes de partir. La joven es castigada al encierro a pan y agua y su madre está cada vez más grave.
El asesor contable de Grandet le advierte que si su esposa muere, deberá entregar a su hija la parte que le corresponde por la dote que la madre aportara en su boda, y comienza a desesperarse. La avaricia le impide compartir sus bienes ni siquiera con su hija, y comienza a tratar amorosamente a su esposa, que ya agoniza, y a su hija. Logra hacerle firmar a Eugenia una cesión total a su nombre de la parte que le corresponde, pues ella, además de ignorar el caudal de su fortuna, no tiene intereses materiales, acostumbrada a vivir con monedas. La esposa muere, y Eugenia queda desolada, y con la tristeza de no haber tenido más noticias de Carlos, cuyo amor había sido el único que ella conoció.
Pasa el tiempo, Grandet muere, y Eugenia queda en poder de una riqueza incalculable gracias a los manejos de su padre.
Carlos entre tanto, ha hecho en el oriente miles de negocios de toda índole. Ha perdido toda su inocencia, se ha transformado en un hombre sin escrúpulos, pero aún recuerda el tiempo en que el amor puro que su prima le inspiraba lo había llenado de felicidad e ilusiones. También se ha enriquecido, y vuelve a París. Escribe a Eugenia comunicándole sus nuevos planes, y dejándola en libertad del compromiso adquirido por ambos en su época juvenil. Su intención es lograr un matrimonio de conveniencia, y gracias a sus bienes adquiridos, conseguir un título de nobleza, pero más tarde se entera de que noppodrá lograrlo pues su apellido continúa deshonrado a causa de que su tío no canceló las deudas del hermano.
Eugenia es informada antes que él, y envía con su apoderado (a quien ha decidido, presa del dolor, aceptar como esposo), la gran cantidad de dinero necesaria para pagar todas las deudas y se despide de él con una carta. Aún lo ama, pero ante las insistencias sociales, ha decidido concretar matrimonio con uno de los candidatos que aspiraban a su mano. La condición es no llegar a la consumación, sino mantener la antigua amistad que ambos tenían. Eugenia conoce el interés material de este señor, cuya codicia se ve malograda pues muere poco tiempo después. La pobre muchacha, viuda a los 36 años, y nuevamente enriquecida, se dedica entonces a continuar su virtuosa vida de costumbre, cristianamente y ayudando con su dinero a aliviar las necesidades ajenas.

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