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Cuando Nietzsche Lloró
(Irvin D. Yalom)

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El ORO- CUANDO NIETZSCHE LLORÓ
Irvin D. Yalom Cuando Nietzsche Lloró es un libro más en el que
personalidades famosas que que vivieron realmente en la tierra se
vuelven personajes de ficción. Yalom, el autor, usando
sus propios conocimientos sobre psicoterapia y como
profesor de psiquiatría en la Universidad de Stanford, y después de
estudios de la vida y obra del filósofo alemán Friedrich
Nietzsche y de su contemporáneo Josef Breuer, uno de los padres del
psicanálisis, elabora una trama, si no es genial, es lo mínimo
interesante. El talón de Aquiles de la obra es el propio personaje,
Nietzsche. Veamos: Es el año 1882. Una intrépida
joven de 21 años escribe un mensaje corto y directo, casi una
intimación, al eminente clínico general de Viena,
Josef Breuer, para que se encuentr con ella en un café. Él está de
vaciones en Venecia con su encantadora esposa Matilde.
La joven es rusa, Lou Salomé. Él va su encuentro y se encanta primero
por su belleza y después por su comportamiento nada convencional para
una mujer de ese tiempo. Ella es informal, sin miedos, persuasiva,
seductora y muy inteligente. Lou,
como a ella le gusta que la llame el médico, dejando de lado las
convenciones y conveniencias de la época,
después de saber del éxito que el Dr. Breuer tuvo en el tratamiento de
una joven con serios problemas psicosomáticos, le relata al
médico la grave enfermedad de su amigo Nietzsche. Le advierte de la
gravedad del problema teniendo en cuenta que occidente corre el riesgo
de sufrir una pérdida irreparable en el campo de la filosofía en el
caso de que su amigo cometa suicidio. Basada en ese
argumento ella le implora al médico que trate la enfermedad, o mejor,
de la desesperación existencial en que se encuentra su amigo. El
problema es que Nietzsche,
en ninguna hipótesis puede enterarse de su mediación para el
tratamiento, pues el mismo rompió los lazos de amistad con ella y,
últimamente, le había mandado cartas nada gentiles. Al principio el se
niega a atender de manera tan
heterodoxa a un paciente. Después recrudece más todavía al ser
informado del carácter reservado y la filosofía intempestiva del amigo
de
Lou. Pero la joven es convincente y seductora lo bastante como para
revertir la posición del Dr. Breur y no pasan muchos días hasta que el
médico recibe en su consultorio al singular Filósofo. Es en ese punto
que está
la fragilidad de la empresa a que el autor se propone, colocar
en la boca de uno de los mayores filósofos de occidente varios
discursos y ponderaciones. La filosofia de Nietzsche
sobresale justamente por su perspicacia y por su intempestividad.
Y ahora lo vemos como un personaje de ficción
siendo manipulado de manera, aparentemente, fácil y aceptando
ingenuamente esa manipulación. La tarea del Dr. Breuer es
ganar la confianza de Nietzsche, hacer con que él se deje tratar,
llevarlo a confidenciar todos los problemas que lo entorpecen. Al
principio el médico piensa en abandonar el
caso ante la argumentación incontestable del
paciente que se niega a ver en sus constantes jaquecas un mal que debe
ser descubierto. Antes, hace de su enfermedad el leitmotiv para su
producción filosófica. El problema es que ese hombre
de carácter tan singular acaba por ejercer fuerte
magnetismo sobre el médico que se obstina en tratar al
paciente. Ya listo para desistir de su emprendimiento tiene una idea:
le sugiere a Nietzsche que en lugar de ser el médico será el
paciente. Se confiesa una persona atormentada y sin voluntad de
continuar a vivir. Habla de tedio por la vida que lleva y de su
matrimonio que ya no tiene más sentido para él. Le implora a
Nietzsche que lo trate jcon su filosofía. Para tanto le propone
que pase un mes en una de las mejores clínicas de Viena gratis.
Así uno lo tratará al otro. Lógico
que en ese plan astutamente preparado, el médico cree que en pocas
sesiones reasumirá el puesto de médico y podrá tratar, con el debido
tiempo, a su debido tiempoo, de su paciente. Nietzsche,
por increíble que parezca, cae en ese ardid y acepta la propuesta. Con
pocas sesiones el doctor capitula y se transforma de hecho en el
paciente. Nietzsche usa sus
conceptos como la voluntad de potencia, el eterno retorno y el súper
hombre hace que el desesperado hombre note que su libertación sólo será
posible a partir del momento en que él renuncie a la vida que lleva,
que en realidad no había elegido para sí, le había sido impuestal.
Viéndose en un callejón sin salida el médico no ve otra forma de
libertarse a no ser acatando las palabras del maestro y renuncia a todo
lo que tenía: profesión, esposa,
hijos, bienes y todo aquello que lo había conducido a tal
desesperación. Sólo
que toda esa renuncia, para sorpresa del lector, se da sólo a nivel
hipnótico, eso mismo, él llama a su joven
pupilo, el médico Sigmund Freud, y le pide una sesión de hipnosis en la
cual tendrá que renunciar a todo lo que lo rodeaba. Y como por arte de
magia sale de esa sesión curado de todos sus tormentos. Al día
siguiente , al encontrarse con Nietzsche en la clínica se declara
curado. Sorprendido, Nietzsche
le pide que le cuente como se produjo tal cura. El Dr. Breuer no sólo
le cuenta de la sesión de hipnosis como también de su deshonestidad en
no revelarle la intermediación de Lou Salomé. En ese clima confesional,
Nietzsche acaba por
revelar también que le había ocultado al médico el tamaño de su
tormento por la joven rusa, y por esa confesión él también se libra de
su obsesión. Se abrazan, se despiden y final.



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