Resumo de La Música Del Azar

Una muestra de la originalidad de Auster y de su correcto equilibrio entre el dinamismo de la cultura americana (trayendo en esta ocasión el aroma de las road movies y las películas de partidas de póker) y la profundidad y trascendencia filosófica de la europea (casi siempre con el pesimismo básico de algún gran autor, en este caso, fundamentalmente, Kafka).
Un bombero extrañamente culturizado y amante de la música clásica, Jim Nashe, cobra una herencia y deja su trabajo y su casa, compra un coche y se pasa un año entero recorriendo los diferentes estados del país. Cuando se le va acabando el dinero y se comienza a plantear su futuro, encuentra en la carretera a un jovencito menudo y estrafalario, Jack Pozzi, al que acaban de dar una paliza y que resulta ser un estupendo jugador de póker que aspira a hacerse rico en las grandes partidas. Como se acaba de quedar sin blanca, Nashe decide financiarla con sus últimos diez mil dólares una partida que tiene en mente a cambio de quedarse con el cincuenta por ciento de las ganancias. Pozzi acepta y lleva a Nashe a la mansión de sus dos contrincantes, Flower y Stone, dos curiosos individuos (con aires de los Bouvard y Peuchet flaubertianos), que viven juntos en una mansión después de haber cobrado un premio de lotería supermillonario. Además de ser fanáticos del poker, los dos nuevos ricos han llenado la casa de pequeñas y caprichosas obras de su ingenio y tienen en una finca de su propiedad, diez mil enormes piedras que pertenecieron a un castillo en ruinas que se han traído de Irlanda. En la partida, el joven Pozzi comienza mostrando su superioridad y en pocas horas está a punto de arrasar a sus dos rivales ganando la cantidad que han determinado que será el tope de sus pérdidas. Pero, coincidiendo con una larga ausencia de Nashe, que hasta entonces había estado sentado a su lado, comienza a perder. Para tratar de recuperar la racha, Nashe, que todavía cree en él, se apuesta las últimas reservas de su dinero y vende su coche a uno de los millonarios, pero Pozzi continua perdiendo hasta que se quedan sin dinero y sin coche. Tratando de recuperar el coche, Nashe se lo juega a la carta más alta contra diez mil dólares que no tiene, y también pierde. Entonces Flower y Stone les dicen que para pagar su deuda tiene que quedarse a trabajar para ellos construyendo una simple muralla con las diez mil piedras del castillo irlandés a tanto la hora y sin obligación de dejarla terminada si saldan su deuda antes de su finalización. Nashe y Pozzi no tienen más remedio que quedarse y comenzar el trabajo, que vigilará un capataz llamado Murks, a quien los millonarios han regalado el coche de Nashe. Después de varias semanas de trabajo intenso, Nashe y Pozzi colocan varias hileras de la muralla y alcanzan los diez mil dólares de su deuda, lo cual celebran encargando a los millonarios que les proporcionen una buena comida y una puta. Pero al día siguiente el capataz les trae la noticia de que tienen que pagar también los gastos que ha acarreado su manutención y deben seguir trabajando unas semanas más. Como Pozzi lo lleva muy mal, decide, de acuerdo con Nashe, que se escapará esa misma noche y así lo hace. Pero a la mañana siguiente, Nashe encuentra al muchacho medio muerto como consecuencia de una paliza tremenda que alguien le ha propinado. Murke lleva al chico al hospital mientras Nashe sigue trabajando. Unas semanas más tarde le dira que se ha recuperado y se ha marchado del hospital, pero Nashe sospecha que ha muerto. Como no le dejan llamar al hospital, encarga que le traigan la puta que se acostó con Pozzi y a ella le cuenta lo que sucede y le pide que se entere de lo que fue del muchacho y le haga llegar noticias. La chica promete que lo hará, pero no vuelve a saber de ella. Cuando Nashe, después de una breve enfermedad, concluye de pagar su deuda (y mientras piensa si debe quedarse un tiempo más para conseguir algo de dinero para su reincorporación al mundo), acepta la invitación del capatazMurke de salir a tomar unas cervezas con el yerno de éste. Toman unas copas en un bar de carretera y al regresar, Nashe consigue que le dejen conducir hasta la mansión. Entonces pisa el acelerador a lo loco y se sorprende al ver que se le va el control y se va a estrellar frontalmente contra un coche. Pero en lugar de tratar de evitarlo, pisa aún más.
En la película que adapta esta novela, para evitar el final que en Hollywood llaman deprimente, el bombero huye a pie y se pone a salvo al ser recogido por un automovilista al que interpreta el propio Paul Auster.

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