El Espiritista Melancolico
(SOLER;ANTONIO)
Antonio Soler colabora en el diario malagueño EL SOL. Hará un par de años escribió un artículo sobre las andanzas del Málaga club de fútbol en Soria, donde creo que fue batido por el Numancia. El artículo era un cúmulo de despropósitos, tópicos y errores de bulto que evidenciaban, entre otras cosas, que Soler nunca había estado en Soria. Por asociación de ideas debió pensar que como ciudad castellana esto sería un nido de la reacción o algo parecido. En concreto había un famoso párrafo donde decía poco más o menos que por la calle Mayor paseaban los seminaristas de cabello tonsurado y los sorches. Ignoraba Soler que en Soria ni hay seminario ni cuartel, así que... Dejando aparte este desahogo, El Espiritista Melancólico es una novela negra donde, como se dice en la contratapa, se alternan aspectos eróticos y magicistas, aunque ambos no son relevantes en la trama. Decir que es novela de iniciación no es mucho, yo no la veo por parte alguna, y tampoco de descubrimiento si es que eso es decir algo. Por seguir metiéndonos con la contratapa, tampoco es cierto que La Mariona (la mujer que aparece muerta y da motivo a la narración) no es ni joven (35 años) ni bailarina (más bien un putón desorejado). De lo que va es de una trama espesísima donde se critica la doble moral de los poderosos (policías, políticos, jueces, incluso periodistas), de la erosión del tiempo sobre las convicciones y los sentimientos, del sentido, o su ausencia, de la vida, etc. A mí me parece una excelente novela negra, dura, tensa, en la mejor tradición de un Hammet o un Leo Mallet. Está bien escrita, los personajes son consistentes en su sordidez, los ambientes son sólidos, creíbles, todo transcurre fluidamente. No es una novela detectivesca en el sentido de que el descubridor, que ni siquiera es policía, sino periodista, tenga que encontrar indicios, desentrañar claves. El crimen no tiene demasiado misterio, los culpables están protegidos por una conspiración de silencio y por la complicidad de jueces y policías. No hay aquí pistas relevantes ni fallos en las coartadas, etc. Sintora, el periodista, tiene un amigo policía, Cañadas, pero ambos no tardan en darse cuenta que ni en el periódico ni en la comisaría están interesados en descubrir la verdad. La Mariona (Luz Bravo Vergara) aparece muerta en una escombrera no lejos de El Pomelo, un puticlub propiedad de un francés de apellido Peráult, a quien todos llaman Don Pepe. Peráult tiene un hijo, El Moderno y por el tugurio pululan varios tipos duros que trabajan para Peráult, incluido el padre de Mariona, Corrons. El cadáver de La Mariona está mutilado, le han cortado un brazo y varios dedos aparecen aparte, sujetos con una cinta roja. Le han pintarrajeado signos vagamente cabalísticos y la palabra ANOBIUM (Carcoma, en latín) en el vientre. La asfixiaron, pero antes recibió una lluvia de golpes, sobre todo uno fortísimo en el costado. Sintora tiene motivos extraprofesionales para interesarse en la muerte de La Mariona. La conoció siendo niña, cuando Sintora era un miliciano de la República y amante de su madre. Por aquella época fue compañero de armas de Corrons, aunque nunca se llevaron bien, como es lógico. Se produce un segundo asesinato, el de Gardel, el marido de una mujer que a su vez era amante de Machuca, un policía de malísimas pulgas. Como Gardel aparece envenenado, aunque en compañía de una inverosímil nota de suicidio, la poli no tiene más remedio que detener a la mujer, con lo que Machuca se sube por las palabras
Resumos Relacionados
- Una Navidad Diferente
- De Todo Lo Visible Y Lo Invisible
- Los Milaneses Matan En Sábado
- Los Milaneses Matan En Sábado
- El Horla Y Otros Relatos De Terror
|
|