Cementerio De Animales
(Stephen King)
El corazón del hombre es duro. La frase (dicha por varios personajes a lo largo de esta novela) es el espinazo sobre el que se arma uno de los relatos más escalofriantes que haya dado el genero de terror alguna vez. Como en las mejores obras de Poe y Lovecraft, Cementerio de Animales recurre a esa fracción de la psique humana que hechiza y horroriza: la morbosidad, ese altillo en el que están guardados las fantasías más tétricas . Lo que nos atrae también nos repulsa, Cementerio de Animales es una puerta hacia ese altillo. Quien tenga el valor de abrirla será conducido a otro espantoso mundo coexistente con el nuestro. La vida diaria tiene sus normas por la que discurren los días en una calma que no apreciamos hasta que la perdemos y la Desgracia, el elemento que desestabiliza la vida del protagonista y su familia, altera todos sus parámetros. El padre de familia ejemplar, obediente de las leyes, dedicado a su familia da lugar a una persona enceguecida de dolor y dispuesta a ir hasta el mismo corazón de las tinieblas para revertir lo que es irreversible. Cementerio de Animales paradójicamente es una obra fantástica que nos termina haciendo reflexionar acerca de lo cotidiano: ¿Qué no haríamos por un hijo? Al igual que Orfeo, ¿ No descenderíamos a los infiernos en busca del ser amado? ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar lo inevitable? ¿Estamos en esta sociedad preparados para afrontar las perdidas? El corazón del hombre es mas duro que la piedra de la montaña en la que transcurre el relato. No hacen falta maldiciones ni antiguas tradiciones mortuorias indias para comprobar que el dolor puede irrumpir en cualquier momento en nuestra vida generando espantos infinitamente superiores.
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