El Código Davince
(Dan Brown)
Reseña Jacques Sauniére, el renombrado conservador, avanzaba tambaleándose bajo la bóveda de la Gran Galería del Museo. Arremetió contra la primera pintura que vio, un Caravaggio. Agarrando el marco dorado, tiró de la obra de arte hasta que la arrancó de la pared y se desplomó, cayendo boca arriba con el lienzo encima. -No se mueva -dijo una voz muy cerca de él. A sólo cinco metros de donde se encontraba, del otro lado de la reja, la imponente figura de su atacante le miraba por entre los barrotes. El albino se sacó una pistola del abrigo y le apuntó con ella entre dos barrotes. La verdad. En un instante, el conservador comprendió el horror de la situación. «Si muero, la verdad se perderá para siempre. Se oyó un disparo y Sauniére sintió el calor abrasador de la bala que se le hundía en el estómago. El conservador bajó la vista y se vio el orificio producido por la bala en la tela blanca de la camisa. «Debo transmitir el secreto.» Robert Langdon tardó en despertarse. «Te hacen falta unas vacaciones, Robert. Robert Langdon se sentía algo aturdido mientras avanzaba hacia el final de la Gran Galería. Tenía el mensaje de Sophie clavado en la mente y no dejaba de repetírselo. Entró en el baño de caballeros y encendió las luces. Se acercó al lavabo y se echó agua fría en la cara, para ver si se despejaba. Mientras se secaba, la puerta se abrió a su espalda. Langdon se volvió. Era Sophie Neveu, con los ojos verdes llenos de temor. -Gracias a Dios que ha venido. No tenemos mucho tiempo. Langdon se quedó junto a los lavabos, observando descon certado a la criptógrafa de la Policía judicial. -Fache ha enviado hace un rato imágenes de la escena del crimen al Departamento de Criptografía con la esperanza de que le aclaráramos qué decía el mensaje de Sauniére. Esta es la foto con el texto completo -añadió alargándosela. Confuso, Langdon miró aquella imagen. En ella se veía el mensaje resplandeciente del suelo de la galería. La última línea le sacudió como si le hubieran dado una patada en el estómago. 13-3-2-21-1-1-8-5 ¡Diavole in Dracon! Límala, asno P. S. Buscar a Robert Langdon -¿Cómo dice? ¿Es culpa suya que Sauniére haya intentado inculparme? -Sauniére no intentaba inculparlo. Eso es un error. El mensaje del suelo era para mí. Jacques Sauniére era mi abuelo. -La flor de lis -prosiguió Langdon-, combinada con las iniciales P S.; ésa es la divisa oficial de la hermandad. Su escudo de armas. Su emblema. He escrito algo sobre ese grupo -dijo con la voz temblorosa de emoción-. Estoy especializado en la investigación de los símbolos de las sociedades secretas. Se llaman a sí mismos Prieuré de Sion, Priorato de Sión. Tienen su sede aquí en Francia y atraen a influyentes miembros de toda Europa. De hecho, son una de las sociedades secretas en activo más antiguas del mundo. -El Priorato de Sión lo fundó en Jerusalén un rey francés llamado Godofredo de Bouillon, en el año 1099, inmediatamente después de haber conquistado la ciudad. Ese rey, supuestamente, tenía en su poder un importante secreto, un secreto que había estado en conocimiento de su familia desde los tiempos de Jesús. Temeroso de que se perdiera a su muerte, fundó una hermandad secreta -el Priorato de Sióna la que encargó la misión de velar por él transmitiéndolo de generación en generación. Durante mil años han circulado leyendas sobre este secreto. Toda la serie de documentos, su poder y el secreto que revelan han pasado a conocerse con un único nombre: el Sangreal. Bajo la antigua Roslin el Grial con impaciencia espera tu llegada. Custodios y guardianes de sus puertas serán por siempre el cáliz y la espada. Adornada por artes de maestros, ella reposa al fin en su morada y el manto que la cubre en su descanso no es otro que la bóveda estrellada.
Resumos Relacionados
- El Código Da Vinci
- El Código Da Vinci
- Codigo Da Vinci
- El Código Da Vinci
- El Código Da Vinci
|
|