La Famosa Próstata
(Dr. Claudio Rosenfeld.)
LA FAMOSA PRÓSTATA Dr. Claudio Rosenfeld. A partir de los 40 todos los varones pueden estar expuestos a padecer alguna enfermedad de la próstata y, aunque muchos ignoran para qué sirve y dónde está ubicada, se ha comprobado que este tipo de anomalías se presentan en el 50 % de la población masculina. La glándula prostática está debajo de la vejiga y recubre la uretra - el conducto que va de la vejiga al pene y conecta con el exterior por el meato uretral -, tiene forma redondeada y el tamaño de una almendra grande. Por ella circulan la orina y el semen, y en este último caso la próstata es quien produce el volumen mayor del eyaculado. Al contraerse, en el momento del orgasmo, se descarga en el conducto y el líquido que vierte va hacia el exterior. Es importante remarcar que la próstata no produce espermatozoides, sino los nutrientes que les dan alimento y sustento; también sirve de vehículo para que esas células germinales salgan a través de la eyaculación. Otra pregunta usual es si hay asociación entre la próstata y la impotencia. Si bien existe una creencia muy generalizada al respecto, podemos decir que no hay tal relación de causa-efecto directa. Es posible que una persona, al padecer una prostatitis ? inflamación -, experimente congestión, ardor o dolor, trastornos urinarios, también pueda sentir inhibida su capacidad eyaculatoria; pero sería la consecuencia del dolor y no por acción directa de la próstata sobre los mecanismos erectivos. Lo mismo podría ocurrir con otras patologías: si uno sufre un cólico renal o un fuerte dolor de muelas tampoco tendrá ánimo para una erección ni para mantener un encuentro erótico. Más allá de lo descrito no hay correlación con la respuesta erectiva, al punto que a muchos pacientes que se les extrajo la próstata continúan teniendo erecciones sin dificultad. Otros, en cambio, operados de cáncer de próstata pueden presentar cuadros de disfunción eréctil. El agrandamiento de la próstata, conocido como hipertrofia benigna o adenoma, conduce a la aparición de una serie de síntomas que interfieren en la micción, a tal punto que puede llegar a convertirse en una verdadera tortura para quien la padece. Los más frecuentes son: La dificultad manifiesta para orinar. El incremento en la frecuencia de las micciones. La interrupción del descanso nocturno para evacuar forzosamente la vejiga. Un goteo involuntario de orina. Trastornos renales por retenciones urinarias crónicas. Otro problema frecuente es la prostatitis, inflamación o infección que puede ser debida a una enfermedad de transmisión sexual como la gonorrea (blenorragia) debida a una bacteria (gonococo), a las clamidias y los micoplasmas entre otros gérmenes. Por este motivo es muy común que se realicen espermocultivos para determinar si existen bacterias o parásitos que produzcan esa prostatitis, y en ese caso se usan antibióticos y sulfamidas. El adenoma puede bloquear el paso de la micción. Hay que recordar que la glándula envuelve la uretra, por donde pasa la orina, entonces cuando la inflamación de la misma comprime el conducto aparecen dificultades para eliminar el líquido desde la vejiga, pudiendo llegar a la retención urinaria. Esto puede estar precedido por algo opuesto y es que el individuo experimenta una sensación de irritación que lo obliga a ir muchas veces al baño. Es el motivo por el que, en estos casos, no se aconseja el uso de antiespasmódicos (anticolinérgicos) y de algunos antidepresivos: los primeros colaboran a que las vías obstruidas se cierren todavía más y los segundos pueden producir una retención severa de líquidos (y también, por otro mecanismo, cuadros de impotencia). Si bien los andrógenos inciden en el adenoma, no quiere decir que la causa radique en la poca o mucha actividad sexual que haya experimentado un individuo a lo largo de su vida; como tampoco el mero agrandamiento prostático condiciona la actividad sexual. Como dije antes, sólo la existencia de dolor podría hacer que alguien evitara el contacto sexual, pero su capacidad eréctil no se vería directamente afectada. síntomas de ciertos problemas prostáticos y en ese caso se hace indispensable una interconsulta con un médico urólogo: Levantarse a orinar varias veces a la noche. Imperiosos deseos de orinar con mucha frecuencia durante el día. Debilitación del flujo de orina en la micción. Mojar el piso del baño o los zapatos, al orinar. Sensación de dolor o ardor en el conducto urinario. Dolor al eyacular. En casos excepcionales la presencia de sangrado. Jamás se deberán emplear hormonas (testosterona) sin análisis y controles previos ya que es bien conocida su relación con la patología prostática. En cuanto al cáncer de próstata, además de recurrir a la cirugía, se apunta a reducir la producción de andrógenos que, como ya señaláramos, la afectan marcadamente,. Aunque parezca paradójico e irónico, la misma hormona que nos permite ser viriles gracias al desarrollo muscular, tener relaciones sexuales y gozar, es la misma que agrava la hipertrofia maligna de próstata. Esto puede ser una llamada de atención para los deportistas que consumen anabólicos derivados de los andrógenos para mejorar su rendimiento. Sinopsis: Juan Carlos Lezama.
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