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En Memoria De Paulina
(Donanfer)

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En memoria de PaulinaDon Adolfo siempre había querido a Paulina. Coincidían en casi todo. A ambos les gustaba el color azul, las uvas, el hielo, las rosas y los caballos blancos. No pasó mucho tiempo para que Don Adolfo entendiera que su felicidad había empezado porque esas preferencias lo identificaban con Paulina En los fines de semana, a Paulina le agradaba que don Adolfo invitara a escritores noveles y a Don Adolfo le gustaba departir ideas y demostrar su capacidad y experiencia ante aquellos jóvenes imberbes. Pero cuando conoció a Montero, fue una excepciónLa víspera Montero había visitado a Don Adolfo por primera vezEsa noche, cerca de la ventana, Paulina hablaba con Montero. Don Adolfo, por un momento experimentó que los celos lo invadían pero al cabo de un rato, también sintió que en la ternura de Paulina había un refugio inviolable, en donde estaban solos.Luis Alberto Morgan, el pianista, que ponía música a la velada, debió notar la ansiedadde Don Adolfo, porque Paulina estaba mostrándole la casa a Montero.Cuando por la noche, ya tarde, Paulina dijo que se marchaba a su casa, Montero ofreció acompañarla y Don Adolfo también quiso acompañarla, tal vez para no dejarla sola con aquel hombre Al llegar abajo, Don Adolfo advirtió que Paulina no tenía el caballito chino que le había regalado esa misma tarde y que a la muchacha tanto le había gustado El hombre mayor pensó en la relación incipiente de los dos jóvenes Montero era literato y él ?Don Adolfo - solo era un hombre ya cansado, frívolamente preocupado por una mujerDurante toda una semana, Adolfo casi no vio a Paulina. Solo hablaban por teléfono casi diariamente, hasta que una tarde, la joven prometió ir a verlo Fue esa misma tarde que Paulina le confesó a Don Adolfo, lo que el sabio viejo intuyó desde siempre: estaba enamorada de Montero Don Adolfo eludió obstinadamente el recuerdo de la mujer. .La tarde que llego de Europa ( pasó mas de dos meses viajando por el Viejo Continente para tratar de olvidar) volvió a pensar en Paulina Quería hablar con ella???.tuvo la sensación que esa tarde era la culminación de sus vidas. . Desistió muy pronto; porque si bien quería encontrarse con Paulina, quería eludir cualquier encuentro con Montero, tal vez porque aún no tenía nada Para decirle??..al menos nada que valiera la pena Por otra parte, no estaba dispuesto a que le hablaran con liviandad de Paulina.. Apagó la luz. Y decidió que no cavilaría sobre la conducta de Paulina¿O todo era un engaño? ¿Estaba enamorado de una ciega proyección de sus preferencias y repulsiones? ¿Don Adolfo, nunca había conocido a Paulina?<<Si no me duermo pronto -- pensó?--?mañana estaré demacrado y no le gustaré a Paulina>>.Se levantaría temprano y, aun a riesgo de enojar a Paulina, iría a su casa. Desconocía dónde vivía Paulina. Ninguna registraba la dirección de Montero. Busco el nombre de Paulina; tampoco figuraba. Pensó preguntar la dirección a los padres de Paulina,. pero como había transcurrido tanto tiempo sin saber nada de ellos, le pareció inoportuno molestarlos ahora . Don Adolfo resolvió buscar a Luis Alberto Morgan y pedirle que le contara cuanto supiera de la vida de Paulina durante su ausencia?¿Dónde vive Montero??le preguntó ?Montero está preso?contestó.Morgan dijo: Sospechando que Paulina visitaría a Don Adolfo, Montero se ocultó en el jardín de casa. .
Morgan le comunicó lo siguiente: Sospechando que Paulina lo habría de visitar, Montero se escondió en el jardín de casa. La vio salir, la siguió; le reclamó su atención en la calle. Cuando se juntaron curiosos, la subió a un automóvil de alquiler.Deambularon toda la noche por la Costanera y por los lagos y, a la madrugada, en un hotel del Tigre, la asesinó de un balazo. Esto no había ocurrido la noche anterior a esa mañana; había ocurrido la noche anterior al viaje a Europa de Don Adolfo ; había ocurrido hacíados años.Don Adolfo regresó a casa. Entonces recordó una frase que Paulina escribió, hace años, en un libro: Nuestras almas ya se reunieron. Paulina lo había perdonado. Ese pobre amor no arrancó de la tumba a Paulina. No hubo fantasma de Paulina. .Montero, ni siquiera conoció a Paulina. La imagen proyectada por Montero se había conducido de un modo que no era propio de Paulina. .Tramar esta quimera resultó ser el martirio de Montero. Fue el convencimiento de que Paulina no volvió porque estuviera desengañada de su amor. Es el convencimiento de que al tomarla de la mano -en el supuesto santiamén de la reunión de sus almas- Don Adolfo se inclinó a un ruego de Paulina que ella jamás le dirigió y que su rival había escuchado muchas veces DONANFER



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