El Expendiente Gabriel
(Jean d'Ormesson)
En el Expediente Gabriel, Jean d?Ormesson se ensaya al ejercicio de la autobiografía. Sin embargo no se puede reducir este libro a un simple acto autobiográfico sin cometer un error. En efecto, el lector entra en la novela descubriendo la historia novelada de Dios El Padre, el que creó al hombre pero que resultó decepcionado al ver que el hombre, creado según su propia imagen, no fuera una criatura de Dios y entonces se aleja de él. Así entramos en el mundo fascinante de la creación del universo a la vez que en el de la filosofía. Dios, que quiere deshacerse del hombre podría detener el tiempo para suprimirlo. La noción del tiempo está en relación con el espacio y el espacio está en relación con las ciencias y las matemáticas que estudian lo que es el infinito y se descubre, a pesar de todas las ciencias, la incomprensión total del hombre hacia el universo; un hombre que destruye además! Jean d?Ormesson se interroga sobre el origen del pensamiento que nos diferencia del reino animal. Maneja el humor y la ironía mientras evoca la relación entre Dios y los hombres con todas sus contradicciones. Por ejemplo se pregunta por qué Dios que es tan bueno deja tanta desdicha en la tierra y no aplica su poder de perdonar. Jean d?Ormesson se convierte en testigo del ángel Gabriel y empieza a evocar a su familia, su infancia, la guerra. Hace referencia a una inmensa cultura literaria a la vez que va pasando revista de la historia de la humanidad y evoca los grandes problemas de la humanidad en sus relaciones con el dinero, la política, la intolerancia de las religiones entre sí. A lo largo de la novela vemos desarrollarse la vida misma del escritor en tela de fondo. Pero sigue una sombra: es la de Marie de la que habla hasta el final con mucho pudor. Se podría decir de esta novela que es un resumen de la historia del hombre.
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