El Bosque De Los Versos Xvii
(MIGUEL HERNANDEZ)
ETERNA SOMBRA Yo creí que la luz era mía precipitado en la sombra me veo. Ascua solar, sideral alegría ígnea de espuma, de luz, de deseo. Sangre ligera redonda granada. Raudo anhelar sin perfil ni penumbra. fuera, la luz en la luz sepultada. Siento que sólo la sombra me alumbra. Solo la sombra. Sin astro. Sin cielo. (?) CANCIÖN DEL ESPOSO SOLDADO He poblado tu vientre de amor y sementera, he prolongado el eco de sangre a que respondo y espero sobre el surco como el arado espera: he llegado hasta el fondo. Morena de altas torres, alta luz y altos ojos, esposa de mi piel, gran trago de mi vida, tus pechos locos crecen hacia mi dando saltos de cierva concebida. Ya me parece que eres un cristal delicado, temo que te me rompas al mas leve tropiezo, y a reforzar tus venas con mi piel de soldado fuera como el cerezo. Espejo de mi carne, sustento de mis alas, te doy vida en la muerte que me dan y no tomo. Mujer, mujer te quiero cercado por las balas, ansiado por el plomo. Sobre los ataúdes feroces en acecho, sobre los mismos muertos, sin remedio y sin fosa, te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho hasta en el polvo esposa.(?) LA VEJEZ DE LOS PUEBLOS La vejez de los pueblos. El corazón sin dueño. El amor sin objeto. La hierba, el polvo, el cuervo. ¿y la juventud? En el ataud.
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