El Inmortal
(Jorge Luis Borges)
Inmortal La historia según dicen, es la traducción de un manuscrito en ingles plagado de latinismos que se haya al final de la Iliada de Pope, que es comprado por una princesa, a un anticuario, Joseph Cartaphilus, quien muere y del cual no se tienen noticias ulteriores La historia comienza con un hombre que decide buscar la ciudad de los inmortales por las noticias que le dio un jinete que venía del oriente, Borges siempre ha mencionado las maravillas del lejano oriente, como las mil y una noches, no ha dejado de mencionar también que para el lejano oriente, nosotros, tan occidentales que nos creíamos somos el lejano oriente. Simbolismo para representar que el hombre se fija metas inalcanzables lejanas, como dijera Galeano, los ideales son como el horizonte, sabemos que nunca hemos de alcanzarlos, pero para eso sirven precisamente, para caminar? cualquier parangonación con el burro y la zanahoria sostenida por un hilo y un palo es de una maledicencia borgiana. El esperanzado sujeto emprende la búsqueda de la ciudad, como cualquier persona en el universo (olvidado de dios) ha emprendido la búsqueda del conocimiento absoluto, del amor verdadero, de dios, de la justicia, del nazismo, del capitalismo, del socialismo, de la libertad de los derechos de los homosexuales, de cualquier cosa, por que (casi) cualquier cosa pueda hacer andar al burro, de acuerdo a cuanto se lo ha embrutecido. La empresa primero cuenta con la colaboración de algunos soldados y mercenarios, todos los traicionan, y el sujeto en cuestión, Marco Flaminio Rufo, procónsul, se ve de repente en el país de los trogloditas, atado a una piedra tallada por el tiempo, se lanza unos 10 metros, en busca de agua, roba carne de serpiente, a nadie le sorprende que los trogloditas no hablen, Marco Flaminio Rufo divisa la ciudad de los inmortales, en lo alto de la llanura que pueblan los trogloditas, emprende el viaje, encomendándose a sus dioses, para que los incultos trogloditas se impresionen escuchando palabras articuladas, más que por fé. La ciudad de los inmortales era un caos, o el caos, no tenías ningún orden, abundaban el corredor que no lleva a ningún sitio, la ventana que no mira a ninguna parte, puertas en el techo, escaleras al revés, y todo lo que el delirio de la arquitectura pueda concebir, de hecho para llegar a la ciudad de los inmortales, previamente había que pasar por un laberinto que se dividía en nueve pasillos siempre, que desembocaban a una cámara que era igual a todas las otras cámaras con sus otros nueve pasillos, la sensación de vértigo es peor cuando se trata de escapar de la ciudad de los inmortales, el viajero ya no sabe nada del tiempo, ignora que al salir lo está esperando un troglodita. La soledad lo obliga a hacer migas, lo trata como un perro, y trata de enseñarle a hablar, o sea de expandir su gran cultura, de hacerle el favor de educarlo, le llama Argos, con los días se rinde en sus esfuerzos, una lluvia repentina, hace que los trogloditas salgan de su mutismo y se conviertan en seres reanimados, Argos llora, entonces repite una frase de la odisea, y confiesa haberla creado, aunque obviamente que si se postula una vida eterna, lo que realmente es imposible es no haber escrito siquiera una o dos veces la Odisea, el Ulises, el Quijote, aunque sea con métodos de rabdomancia, todo se dilucida, los inmortales eran los trogloditas, quizás Borges apuntaba a Schopenhauer que en el culmen del pensamiento europeo recién redescubierto y con un sabor tan deliciosamente vanguardista, redescubre una verdad que el budismo sabía hace unos 2500 años, la sospecha de que la vida es un sueño, o sea, el gran descubrimiento de una región del planeta es el punto de partida de otra, el epígrafe del libro reza ?no hay nada nuevo bajo el sol?. Los inmortales se comportaban de manera lógica y dialectica, razonaron un día que si exitían aguas que dan la vidaeterna, existen aguas que la quitan, obvio, si a uno le van a acontecer todos los sucesos de la vida, de hacer el mal resulta un bien en el futuro, y viceversa, como en una especie de balanza, movidos por el ansia de morir, los inmortales se separan en busca del río, la vida es tan quimérica siendo inmortal que el héroe, no se despide de Homero, Marco Flaminio Rufo, quien ya no se llama de ése modo desde hace mucho, viaja buscando las aguas que le quitarán la vida, en el trayecto se entretiene jugando mucho al ajedrez, escribiendo los viajes de Sindibad el marino que otros traducirán en Simbad, sirviendo en guerras de las que ya no recuerda a que bando pertenecía, para luego terminar escribiendo su historia, pensando fríamente que hechos no han sido falseados o exagerados por auqellas costumbres odiosas que ha aprendido de los poetas, y luego pienso más fríamente que los hechos son irreales, que parecen irreales por que han sido contados por dos personas, por Homero y por Marco Flaminio Rufo, era obvio que Homero movido por la nostalgia volvería a contar los viajes de otro Ulises en la forma de Simbad, Borges menciona aquí al multiforme dios de Spinoza, del que todas las cosas son una parte, y todos los hombres lo formamos, la ciudad como todos los ideales una vez logrados no ha sido comprendida.
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