La Fiesta Del Chivo
(Mario Vagas Llosa)
De la mano de Urania Cabral nos introducimos en ciudad Trujillo, la capital dominicana de Rafael Leónidas Trujillo (apodado el Chivo), acompañándola en su visita retrospectiva a unos orígenes marcados por un hombre que tuvo al país en su mano a fuerza de puro carisma.
La narración se centra en los últimos días del dictador, presentándonoslo como un ser maniático y depravado.
Cuando el senador Agustín Cabral cae en desgracia ante el Chivo, es convencido de que únicamente obtendrá el perdón realizando una gran muestra de fidelidad y entrega. Una ofrenda de sacrificio en el altar del monstruo convertido en deidad por los elementos afines al régimen. Debe entregar a su propia hija para satisfacer los instintos pedófilos del general.
Mientras tanto, la conspiración asesina que acabará con la vida del dictador se está gestando. Los ejecutores son los mismos que en su día le debieron gratitud. La red de conspiradores llega hasta las más altas esferas, incluidas instituciones como la iglesia y la Casa Blanca, cuya pobre aportación no pasará de la mera instigación. Esta no es una historia de grandes maniobras políticas, sino la de los hombres que lo llevaron a cabo; la de su desesperación, sus motivos. El relato de las historias que indefectiblemente se ocultan tras la Historia, que con ser más grande siempre les hace sombra, pero que son determinantes para que los grandes cambios se produzcan. En la novela se rinde homenaje a los mártires, reales o ficticios, tanto da, que no llegaron a ser personajes enciclopédicos, sino héroes anónimos con nombres como podrían haber sido: Antonio de la Maza, Salvador Estrella Shadalá, Tony Imbert o el teniente García Guerrero. Gracias a hombres como ellos se celebra el treinta de mayo en Santo Domingo la fiesta del Chivo.
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