Resumo de El Horla Y Otros Relatos De Terror

Puede que el mejor relato de la antología sea La muerta, por su mezcla del elemento fantástico y terrorífico con una contundente crítica moral. El narrador-protagonista habla de su amante ("No contaré nuestra historia. El amor no tiene más que una, siempre la misma"), muerta repentinamente tras un resfriamiento. Incapaz de asimilar su muerte, vaga por el cementerio y tiene una espeluznante visión en la que los muertos salen de sus tumbas y corrigen el benévolo epitafio que los vivos les han colocado a cada uno diciendo la verdad de lo que fueron en vida. Así, el "aquí reposa Jacques Olivant, fallecido a la edad de cincuenta y un años. Amaba a los suyos, fue honrado y bondadoso, y murió en la paz del Señor" se convierte en "Aquí reposa Jacques Olivant, fallecido a la edad de cincuenta y un años. Apresuró con sus duras palabras la muerte de su padre a quien deseaba heredar, torturó a su mujer, atormentó a sus hijos, engañó a sus vecinos, robó cuanto pudo y murió miserablemente". Todos los muertos hacen una correción parecida y cuando el protagonista mira la lápida de su amante encuentra que el "Amó, fue amada y murió" se ha convertido en "Habiendo salido un día para engañar a su amante, cogió frío bajo la lluvia y murió"
Causa también un gran impacto El tic, con aliento y temática de Poe, a quien se menciona con veneración en este y otros cuentos. En un balneario el protagonista observa a un señor que tiene un extraño tic en la mano y a su hija, que nunca se quita el guante de la mano. Ambos, dice, parecen personajes de Poe. El hombre le cuenta la historia: la hija fue enterrada creyéndosela muerta, y despertó cuando un criado fue a la cripta y cortó el dedo de la muchacha para robar el anillo (y luego murió de un ataque cuando la vio de pie, sangrando pero viva).
En La cabellera, el protagonista lee el diario de un loco que encontró una cabellera de mujer en un compartimento secreto de un mueble de anticuario y creyó que la mujer revivía y se hacía su amante, y iba a todas partes con la cabellera. Al acariciar la cabellera, el protagonista siente una ligera tentación que le hace comprender al hombre.
¿Loco? relata el estallido de un hombre al que pone celoso lo mucho que disfruta su novia montando un caballo casi todos los días. En pleno paseo de ella, el hombre hace caer al caballo, le pega un tiro y luego otro a la mujer.
Loco (sin interrogaciones) es el diario de un alto magistrado que acaba de morir y en el que revela su atracción por el homicidio y cómo va pasando de matar el jilguero de su criado, a asesinar con todo regocijo a un niño, un adulto y luego mandar a la guillotina a un falso culpable de ese crimen.
En El horla se nos habla de una extraña presencia que parece detectar en sí mismo el protagonista. Alguien ?a quien llama el horla? que le sorbe la vida, que le hace padecer insomnios, que cambia las cosas de sitio y se alimenta de leche que desaparece misteriosamente y que finalmente le convierte en su esclavo. Para librarse de él, cree encerrarle en el salón y prende fuego a la casa (con los criados dentro).
En ¿Quién sabe? el protagonista observa cómo sus muebles se van de casa como dotados de vida propia y desaparecen, aunque todo el mundo dice que ha sido un vulgar robo. Un tiempo después los descubre en una chamarilería, pero cuando la policía llega allí, avisada por él, ya no están. Luego, los descubre otra vez en su casa.
En La mano, un inglés aventurero muestra a un juez francés la mano desollado que guarda en una vitrina como trofeo, cercenada a un enemigo al que liquido. Además, la mantiene con una argolla a al muñeca porque cree que puede ser peligrosa. Un tiempo después, el inglés aparece muerto, con un dedo de la mano en la boca como arrancado de un mordisco. La mano aparece después en la tumba del inglés. El juez concluye que o bien fue la mano o fue el dueño de ella que no estaba muerto y regresó para vengarse.
En La dormilona pesa más la fantasía meramente burlona, más periodística que literaria, como ironía en torno a los al parecer altos índices de suicidio. El protagoniza tiene la ensoñación de encontrar en el centro de París un Instituto de la Muerte Voluntaria, donde el director le explica que la comisión de suicidio está centralizada y facilitada por el estado.
En Aparición, un anciano cuenta que en una ocasión un amigo cuya esposa acababa de morir le pidió que acudiera ir a la casa y a la habitación que había compartido con ella (donde él no soportaba la idea de ir) para recoger unas cartas de amor. En la habitación, mientras recoge lo que le han pedido, el hombre ve a una mujer que le pide que le peine y que, después de que él ha hecho lo que le pedía, huye. Más tarde, en su casa, comprueba que no ha sido un sueño porque tiene unos cuantos cabellos largos en la ropa. Su amigo, después de recibir las cartas, desaparece y no se vuelve a saber de él.

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