Resumo de Fausto - Johann Wolfgang Goethe

Síntesis argumental de la obra de teatro de Johann Wolfgang Goethe, Fausto

Fausto tiene una gran necesidad de saber y para satisfacerlo ha estudiado todas las ciencias, pero le parece que su esfuerzo ha sido vano. Piensa que en la magia hallará la solución que busca y, por medio de ella, penetrará en el misterio de las cosas. Este medio también le falla y decide suicidarse. En el momento en que va a apurar la copa del veneno, oye el alegre sonido de las campanas que festejan el domingo de Pascua. Éstas le recuerdan su infancia y se reconcilia así con la vida.
Decide estudiar el Nuevo Testamento y está en ello cuando se le aparece Mefistófeles, el diablo, bajo la forma de un perro faldero que luego se convierte en un estudiante y, finalmente, en un caballero español. Le promete colmar sus deseos a cambio de su alma. Para ello, hacen el pacto que firma Fausto con su sangre.
Para cumplir con su parte, Mefistófeles lleva a Fausto a una taberna, donde se canta y se baila alegremente. De allí a la cocina de la bruja que tiene en un fogón una gran caldera. Con el humo que de ella se desprende se forman diferentes figuras. Cuando Fausto ve a esa mujer, duda que pueda quitarle treinta años de encima.
Mefistófeles le pide a la bruja un vaso con un brebaje especial y ella se lo da. Fausto rejuvenece y se aleja con el diablo, quien le muestra por medio de un espejo la imagen de Margarita. Fausto le pide verla, y poco después comienza el idilio amoroso. Parece que nuestro doctor se acerca a una felicidad pura y completa. Pero Mefistófeles despierta en él la sensualidad. Fausto quiere obtener a toda costa a Margarita. Para lograrlo, Mefistófeles le dice a Margarita que le dé unas gotas de un somnífero a su madre. Le da el frasquito y ella lo obedece sin saber que se trata de veneno. Su madre muere. Tras el romance, ella concibe un hijo.
Valentín, su hermano, que es soldado, presiente que han deshonrado a su familia, desafía a Fausto y éste lo mata. Para ocultar su deshonra, Margarita mata a su hijo y es condenada a muerte por infanticidio. Fausto va a verla a la cárcel, pero no puede hacer nada para liberarla. Mefistófeles viene por él y se lo lleva a un aquelarre. En esta reunión, todos danzan frenéticamente incluyendo a Fausto y Mefistófeles. De repente, el primero deja de bailar y el segundo le pregunta por la causa. La respuesta fue que a la bella joven con la que bailaba le había salido un ratón por la boca. Mefistófeles le dice que eso es insignificante y lo invita a bailar con otra mujer.
Pese a todo el estrépito de la danza de las brujas, Fausto no puede dejar de pensar en Margarita y en su culpa. Obliga a Mefistófeles a salvarla, y éste, entonces le proporciona las llaves de su celda. De esta forma, Fausto ingresa en la prisión y la visita. Ella cree, al principio, que él es el verdugo, luego lo reconoce y lo abraza. Como tardan, Mefistófeles les dice que se apresuren o que los descubrirán. Pero, cuando Margarita ve al diablo se niega a huir, invoca a la justicia divina y muere. Mefistófeles, entonces, exclama que ella está juzgada, y una voz desde lo alto responde que está salvada.

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