Resumo de Incapacidad De Guardar El Secreto

Dicen que es muy difícil, si no imposible llegar hasta el mismo fondo del corazón de la mujer y ver lo que yace enterrado en él. También dicen que la mujer, la virgen en especial, no puede guardar el secreto y que ella puede estar en paz sólo cuando lo pasa, en falsa confianza, a otros. Se cree que esta última afirmación entró en vigencia con la maldición de Kunti, la madre de los Pandavas por reprimir hasta los últimos momentos que Karna era su hijo primogénito. Así, los dirigentes de las compañías prefieren damas a los hombres, para nombramiento de la secretaria privada. Quiza haya otras consideraciones además del hecho de guardar las cosas absolutamente confidenciales. Yo no me doy cuenta de eso y ni siquiera me interesa saberlo. Mi propósito actual es narrar la historia verdadera que prueba el postulado que las mujeres, las vírgenes en especial, no pueden guardar el secreto.
        Akbar El Moghul, el emperador, tenía, en Birbal, un amigo, guía y filósofo con sabiduría para contar en ella siempre. Otros cortesanos del palacio le envidiaban a Birbal y constantemente conspiraban para provocar, si era posible, la relegación de su importancia en el aprecio y respeto del Rey. En una conversación privada con el Rey, Birbal dejó sentado que, en asuntos que requieren confianza, hay que alejar a las mujeres siendo ellas por constitución incapaces de guardar los secretos. al enterarse de esto, los cortesanos celosos animadamente arguyeron que Birbal era calumniador de las mujeres y que en peligro de castigo apropiado debe estar llamado para justificar sus declaraciones de forma adecuada. Akbar estaba seguro de que Birbal podía cuidarse pero lo preguntó qué tenía que decir. Birbal pidió permiso de excedencia de su asistencia diaria en la corte por período de un mes para poder probar su punto de vista.
        La esposa de Birbal tenía gran curiosidad cuando lo encontró una persona hogareña que no tenía ganas de asistir a la corte. Estaba muy preocupada de que eso podría indignar al Rey cuya cólera era proverbial. Después de poner al límite su curiosiad y paciencia, Birbal susurró a su oído ?Estoy embarazado. No es natural. Nadie lo cree, pero yo vivo todos los síndromes relacionados con el estado, una sensación de náusea por la mañana etc. Tengo un acuerdo secreto con el médico para abortar el embarazo. Esa es la crisis que me aflige. Por favor intenta no decir ni pío hasta que la operación esté terminada.
        La esposa de Birbal se esforzó, pero no pudo reprimir sus impulsos de decir a alguien sobre la extraordimaria situación de la que tenía el privilegio de conocerla primera. De boca en boca, la historia llegó hasta la Reina que se rió de corazón con el Rey sobre el asunto. Birbal finalmente probó su punto de vista y también mostró que la tentación de hacer correr la historia es mayor cuando no puede ser verdad.

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