El Código Da Vinci
(DAN BROWN)
Después de la misteriosa muerte de Jacques Saunière, el conceptuado conservador del museo del Louvre, Robert Langdon, un profesor de Simbología Religiosa en Harvard, es llamado al lugar del crimen para desvelar las sugestivas pistas dejadas por la víctima en su propio cuerpo y a su alrededor. Ayudado por Sofía Neveu, criptóloga y niera de Saunière, el simbólogo descubre que no es el ayudante y sí el sospechoso del crimen. Esto porque en una de las palabras escritas en el piso con un bolígrafo de luz negra, el curador del museo dejó en evidencia el nombre de Langdon, que se iba a encontrar con él cerca del momento del asesinato. Sofía lo ayuda a escapar de la policía porque descubre que la pista era, en verdad, dirigida a ella, apelando que llamase al profesor para que la guiase en alguna especie de tarea. Estupefacta, la nieta del conservador del Louvre descubre, con una linterna de luz negra, una inscripción con el lema del Priorato de Sión en uno de los cuadros del Museo, y, atrás de otro, una misteriosa llave en cruz con el símbolo del Priorato. Inscripta atrás de la lave, se encuentra una morada. Langdon le explica rápidamente que el Priorato era una organización secreta ligada a la Orden de los Templarios, que tenía como finalidad proteger el secreto del Santo Grial, el supuesto cáliz del cual Jesús y sus discípulos habrían bebido en la Última Cena. Este hecho lleva a Langdon a concluir que el abuelo de Sofía pertenecía a la sociedad, de la cual se sospechaba que el propio Da Vinci formaba parte. En su búsqueda por el lugar donde la llave serviría, Sofía y Langdon van a parar a una filial de un banco suizo, donde descubren una caja en la cual se encuentra un aparato inventado por Leonardo Davinci para transportar mensajes importantes. Sólo quién supiese la clave lo podría abrir y, en el caso de que hiciesen demasiada fuerza, una cápsula con vinagre en el interior se rompería, y destruiría el pergamino enrollado a su alrededor. Robert Langdon piensa que el mensaje puede contener un mapa para el sitio donde fue escondido el Santo Grial, y levanta la hipótesis de que el abuelo de Sofía haya sido una de las cuatro figuras principales del priorato, ya que éstos son los únicos que saben el secreto. Cuando Bezu Fache, el jefe de la Policía Judicial francesa, descubre que ellos están en el banco, son obligados a buscar refugio en la casa de Leigh Teabing, un Lord inglés residente en Francia, conocido de Langdon por ser también un historiador del Grial. Mientras tanto, Robert Langdon le explica a Sofía que el Grial o Sangrial (Sangre Real) podría ser el cuerpo de María Magdalena y un conjunto de documentos que comprueban que ésta fue la esposa de Jesús y tuvo un hijo de él, el cual generó descendencia. Asi, se probaría que Cristo fue, en verdad, un hombre de carne y hueso, y con eso se derrumbarían las bases de la Iglesia Católica. Es por eso que quien los poseyera tendría infinito poder sobre la institución secular. Paralelamente a esta acción, el Opus Dei, una prelatura personal del para JP II y filial de la Iglesia católica Apostólica Romana, en vías de dejarlo de ser , busca, con la ayuda de un supuesto benefactor, que sólo los contacta por teléfono, encontrar los documentos para poder chantagear a ICAR de modo a no se expulsada. Con la ayuda de Teabing, Langdon y Sophie consiguen abrir el contenedor del mensaje que, sin embargo, tiene otro idéntico, pero más pequeño adentro. Mientras intentan descubrir cómo abrirlo, son obligados a huir a Inglaterra, pues continúan siendo perseguidos por la policía. Al final, descubren que el benefactor del Opus Dei es, en verdad, Teabing, que se aprovecha del Obispo y de su lacayo, Silas, deseoso de destruir a ICAR y restaurar la verdad. Sofía Neveu es descendiente de Jesús y María Magdalena, y, después de una muerte misteriosa de sus padres, su familia fue separada para que nadie pudiese descubrir su verdadera identtidad. Sobre los documentos Sangrial, se esconden exactamente donde todo comenzó: en el Louvre. Una buena (pero no excelente) novela que, aunque extensa, es viciante y fácil de leer. A lo largo de las quinientas treinta y seis páginas, Dan Brown despierta la curiosidad del lector y desorienta sus convicciones más firmes, al desvelar algunos de los secretos más oscuros de la Iglesia Católica, exponiendo su teoría sobre el origen de la represión de las mujeres en los países católicos, la desfiguración de los símbolos paganos y, sobre todo, remontando el origen de la ICAR a una tentativa de un emperador romano de unificar la religión del imperio e impedir más luchas entre monoteístas y politeístas. A pesar de todo, acaba por llevar al lector a concluir que el Mundo viene siguiendo su orden natural y que, aunque esos secretos no sean dados a conocer en los libros de Historia, las mentalidades se van componiendo poco a poco. Esto se prueba, por ejemplo, en el papel cada vez más activo de las mujeres en la sociedad. Recomiendo la lectura de esta novela tanto a creyentes como a no creyentes, para todos podamos cuestionarnos sobre la verdad de aquello que nos vienen contando a lo largo de generaciones y generaciones. Para poder distinguir la realidad de la ficción y aprender a pensar por sí mismo, el lector debe leer, a continuación, el libro EL CÓDIGO DAVINCI DESCODIFICADO, de Simon cox (editado en Portugal por las Publicaciones Europa-América); o Secretos del Código, de Dan burstein (Editora Difel), por ejemplo. Y cualquier opinión que llame al libro un fraude sin aludir a las verdades que están allí expuestas podrá, desde ya, ser descartada.
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